La planta Aphelandra se encuentra ubicada en la familia de las Acanthaceae, un grupo de plantas que se encuentra formado por más de doscientas diferentes especies, la mayoría de ellas originarias de Brasil. Es también conocida con el nombre de Afelandra o de Añilillo y son un tipo de planta tropical que resulta ser muy atractiva principalmente por el color verde que tienen sus hojas el cual contrasta con el color blanco que poseen sus nervios.
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La Aphelandra es un tipo de planta bastante conocida y utilizada en la decoración interior gracias a que no necesita demasiados cuidados y por lo tanto puede ser sembrada y cultivada sin tener inconvenientes.
Entre las principales características de este tipo de planta encontramos las siguientes:
Existe una gran cantidad de variedades de Aphelandra, algunas de ellas se mencionan a continuación:
Esta planta es principalmente beneficiosa por ayudar a mantener niveles adecuados de oxígeno en los ambientes en donde se ubica aunque su principal ventaja es la decorativa para interiores.
Muchos aseguran que esta planta es sumamente venenosa pero sin embargo, sus acciones venosas son extremadamente extrañas aunque sí tiene la capacidad de poder provocar varias reacciones adversas en los seres humanos como por ejemplo, ardor en los ojos, boca y garganta, dolor de ojos, diarreas, náuseas y vómitos. Cuando entra en contacto directo con el ojo también puede provocar daños en la córnea.
Si la inflamación en la garganta es grave entonces se puede producir la obstrucción en las vías respiratorias, principalmente en los niños y esto sí puede llegar a producir una emergencia médica que si no es tratada a tiempo podría traer consecuencias graves incluyendo la muerte. Por esta razón, si en la casa hay niños o mascotas, lo mejor será siempre mantener la planta fuera del alcance de los mismos.
La Aphelandra es una planta que puede ser reproducida por medio de sus semillas las cuales deberán ser sembradas en almácigos o en maceteras. Se debe de realizar una buena preparación de los esquejes para su reproducción. Primeramente, los gajos se deberán cortar con una medida aproximada de 15 centímetros y se debe vigilar que tengan al menos 4 o 5 yemas. Los cortes deberán siempre de ser realizados de forma diagonal sin lastimar los esquejes.
Luego, estos esquejes deberán de ser enterrados en el sustrato hecho de turba, perlita y de arena. Es importante mantener adecuados niveles de humedad y una temperatura promedio que oscile entre los 20 y los 25° centígrados, para ello, se puede cubrir con un plástico. Una vez que los brotes nuevos surgen, entonces la planta ha empezado a enraizar y luego, en 20 días aproximadamente, cuando las raíces hayan desarrollado de forma adecuada entonces deberán de ser trasplantados a un contenedor. La mejor época para poder trasplantar es a finales del invierno o cuando inicia la primavera.
Las flores de la Aphelandra tienen un aspecto muy parecido al de las flores tipo bráctea y crecen en forma de cono en las puntas por medio de un tallo con pequeñas flores que salen del abrazo. La cantidad total de cabezas florales que pueden ser producidas siempre va a depender de la cantidad de tallos que tenga la planta los cuales por lo general son de entre 2 y 4. Su flor puede durar seis semanas y las flores más pequeñas de color amarillo que surgen de la bráctea tienen una duración aproximada de una semana. Es importante mencionar que la floración generalmente sucede luego de que termina el verano.
Cuando tiene condiciones adecuadas de subsistencia, la planta puede llegar a crecer hasta el metro o los dos metros, sin embargo, cuando se encuentra en los interiores de hogares u oficinas, la planta logra alcanzar un crecimiento de alrededor de 30 y 40 centímetros en promedio. Por lo general sus hojas miden entre 5 y 30 centímetros de largo y sus flores crecen en forma de espiga.
En cuanto a la poda de la Aphelandra, ésta deberá de realizarse conforme la planta vaya creciendo pues ella alarga su tronco y va también perdiendo sus hojas en la parte inferior. Para evitar que esta situación se presente, se debe de cortar el tronco aproximadamente a los 2/3 partes y se deberán de dejar al menos 4 brotes pues de éstos será de donde salga el follaje nuevo. La poda deberá de realizarse cuando la floración de la planta ha finalizado o cuando las flores empiezan a marchitarse.
Lo ideal es aplicar un abono que sea de tipo líquido el cual deberá de mezclarse con el agua que se utiliza para el riego de la planta antes de ser colocado. En el momento en el que la planta empieza a formar su espiga de flores, entonces deberá de ser abonada al menos una vez por semana. Cuando llega el invierto y el otoño, será necesario colocar el abono cada dos semanas. Los abonos en la Aphelandra son necesarios para poder mantenerla bien desarrollada y para lograr un adecuado crecimiento.
En cuanto a los cuidados que necesita la Aphelandra, empezamos mencionando la temperatura la cual idealmente deberá de ser alta. Los sustratos que se utilicen para poder sembrar este tipo de planta deberán de ser realizados en partes iguales de tierra, turba y de arena. Debe de recibir los rayos del sol pero de forma indirecta y sus riegos deberán de ser abundantes solamente durante la época del verano, reduciéndolos en el invierno.
La Aphelandra es un tipo de planta que se utiliza principalmente para decorar interiores o exteriores pues es una planta bastante hermosa y llamativa. Son usadas principalmente en lugares que sean amplios, que tengan una buena iluminación y que además sean cálidos.
Este tipo de planta es relativamente económica y sus precios suelen rondar los 5 euros y los 15 euros, dependiendo del tamaño y el recipiente en donde se haya sembrado.
Briceño V., Gabriela. (2021). Aphelandra. Recuperado el 22 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/aphelandra/