El arte medieval es esencialmente religioso. Este tiene su origen en la herencia romana, bárbara y cristiana primitiva para luego adoptar un carácter propio. Los términos de estilo “románico” y “gótico” fueron dados a posteriori y no fueron utilizados durante esta época.
Desde el siglo V al siglo XV, tiene lugar la época medieval. En este periodo se da el arte medieval el cual se puede dividir en dos partes: el románico y el gótico. El románico aparece primero, en Europa Occidental y se caracteriza por tener un estilo rural. Su nombre se debe a que se basa en gran parte en el arte de los primeros cristianos en Roma. Por su parte, el gótico se origina en las ciudades y lleva su nombre debido a su carácter primitivo. Ambos contienen fuertes influencias del cristianismo y se manifiestan por diversos medios como la orfebrería, la escultura, las pinturas, los mosaicos, los frescos y la arquitectura
Tiene su auge entre el siglo XI y XII, periodo románico; y el siglo XII y XV, periodo gótico. Su principal característica seria rendir culto u ofrenda hacia Dios, consiguiendo así su gracia o indulgencia. Debido a esto, su riqueza se encuentra en los adornos de monasterios, iglesias y lugares de culto, siendo un intermediario entre lo humano y el mundo sobrenatural, en donde se le rige ofrenda a los dogmas de la fe cristiana.
Síntesis histórica
Periodo Románico:
La población europea se acrecienta a un elevado ritmo.
La iglesia alcanza su mayor prestigio y poder, debido a ser considerada la única institución bien organizada y jerarquizada.
La creciente construcción de templos más grandes debido a la cantidad de fieles.
La reforma de los monasterios.
Periodo Gótico:
Las cruzadas entre los cristianos contra los musulmanes y sarracenos.
La construcción de la iglesia abacial de San Dionisio por abad Suger.
La construcción de la catedral de Notre Dame (París).
La construcción de la catedral de Chartres.
Arquitectura medieval
Se divide en sus dos períodos:
Arquitectura románica: Se hizo más evidente en la construcción de templos, iglesias, monasterios de gran magnitud, firmes y macizos, para evitar su destrucción y deterioro con el tiempo, sirviendo de evolución para ir perfeccionando y resolviendo los problemas en dicha realización. Se caracterizaba por sus muros y contrafuertes. El único fin de sus edificaciones era la ofrenda a lo sagrado, por lo cual se les llamaba “fortalezas de Dios”. Se incluye el empleo de semicírculos en arcos y bóvedas, el uso de piedras, la incorporación de torres y muros muy gruesos y con pocas aberturas.
Arquitectura gótica: Se construyen edificaciones altas con sentido simbólico, entre las que se destaca la catedral. Se incluye la bóveda de crucería (formada por dos arcos cruzados diagonalmente), los arbotantes y el arco apuntado, el arco ojival, y la liberación de los muros, lo que permitió la colocación de vitrales. Además, predomina la combinación con elementos escultóricos que enmarcan su decoración sagrada.
Escultura en el arte medieval
Escultura en el periodo románico: Se basa en la iconografía de la Biblia, donde nace “la Biblia en piedra”, debido a que la mayoría de los habitantes eran analfabetos y aun así se necesitaba inculcar lo sagrado. Lo que se logra de una manera simbólica y expresiva mediante relieves, en donde se observa la pérdida del naturalismo en las figuras, ya que se alargaban o se reducían debido al espacio a trabajar y no se respetaba las proporciones entre figuras (un caballo podría ser de menor tamaño que un hombre), lo que genera una falta de realismo. Aun así, se refleja completamente el espíritu y la moral de la época cargados de rigidez y simetría.
Escultura en el periodo gótico: Prevalece el realismo dado a que los escultores buscan dar una caracterización real a los personajes retratados, en este caso, ángeles, santos y figuras bíblicas, lo que se logra con gran movimiento y naturalidad. En cuanto a los materiales, se mantiene la piedra, de función ornamental y didáctica, trabajada como relieves adosados con carácter narrativo con tendencia al naturalismo, buscando un ideal sereno, bello y majestuoso. Normalmente, se utiliza mármol, piedra, marfil y madera.
Pintura en el arte medieval
Pintura en el periodo románico: Tiende a tener influencia bizantina, debido a la ubicación del Cristo Pantocrátor en el ábside principal del templo. En ella predomina el dibujo, el contorno de las siluetas, la utilización de colores planos sin mezclar, la carencia de profundidad y ausencia de volumen en las figuras. Se mantiene la temática religiosa y la expresividad de las figuras, las cuales se realizan con gran magnitud.
Pintura en el periodo gótico: Destacan vitrales, frescos y paneles, que cumplían fidelidad a los episodios de la historia sagrada, prevaleciendo el culto a Dios. Posteriormente, se introducen algunas características como la búsqueda de realismo, expresiones emotivas y la diversidad de la paleta de colores. En el caso de los vitrales, su finalidad era la sensación de luminosidad y el aprovechamiento de la luz natural, adquiriendo así, la sensación de la presencia divina. Al igual que la escultura presenta una fuerte tendencia al naturalismo y al detalle. Busca dar una apariencia de la realidad mediante la perspectiva y el sombreado.