El carbono es un elemento químico esencial en la constitución de los organismos biológicos, es un bioelemento. Como el agua, el oxígeno y el nitrógeno, circula entre las principales capas de la Tierra en un proceso de hondas transformaciones conocido como ciclo del carbono. Su importancia es enunciada desde la vitalidad que transmite su química orgánica, hasta las consecuencias del exceso de gases compuestos de carbono en la biósfera.
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Los átomos de carbono tienen la capacidad de enlazarse entre sí y/o con otros bioelementos, conformando infinidad de compuestos esenciales para la vida. Éstos compuestos abundan en la Tierra y circulan a través de los seres vivos y el medio ambiente en un proceso natural y de reciprocidad, conocido como ciclo del carbono. Así el carbono pasa de los organismos biológicos a la atmósfera, de la atmósfera a las plantas, de las plantas a los animales y los suelos, de la atmósfera a los océanos, y viceversa.
Consiste en el movimiento del carbono a través de las diferentes capas y formas de vida de la Tierra. El carbono en su estado gaseoso fluye de forma constante y equilibrada, gracias al desarrollo de procesos físicos, químicos, geológicos y biológicos.
El bioelemento está presente en la naturaleza en diferentes formas, en minerales como el diamante, grafito y carbón; en sustancias orgánicas e inorgánicas, hay carbono inorgánico en el agua de los mares; en el dióxido de carbono, expulsado vía respiratoria por los seres vivos, también producto de la descomposición de materia orgánica y emisiones volcánicas.
El ciclo del carbono permite la producción y descomposición del elemento químico, su uso y reutilización. En ocasiones ciclo es alterado por las intromisiones del hombre. Fue estudiado por vez primera por los científicos Joseph Priestley y Antoine Lavoisier.
El ciclo del carbono se caracteriza por la transformación y reciprocidad del elemento químico y sus compuestos entre las diferentes partes de la Tierra. Es dinámico.
Controla la temperatura al procesar el CO2 existente en la atmósfera y enviar otra parte del compuesto a los depósitos naturales o artificiales conocidos como sumideros de carbono. Actúa como termorregulador.
La capacidad de enlace de los átomos de carbono multiplica el número de compuestos orgánicos e inorgánicos disponibles. El ciclo hace que estos compuestos fluyan naturalmente en los seres vivos y el medio ambiente. Es versátil.
En el ciclo en el que se produce energía y se intercambian nutrientes, participan todos los eslabones de la cadena alimenticia.
La interacción química se da entre el medio ambiente y los organismos biológicos, de allí la descripción como ciclo biogeoquímico. Los seres vivos son partícipes activos del ciclo del carbono, en su proceso natural, y en el caso de los humanos, también en el daño (contaminación) que generan a partir de la búsqueda de “mejores” formas de supervivencia.
Las plantas, consumidoras de CO2 y productoras de oxígeno, son quizás el eslabón más fuerte de la cadena; ellas sintetizan los hidratos de carbono de los que luego se alimentan animales herbívoros y carnívoros, según el orden de la cadena trófica.
La vida en el planeta depende de la luz solar, de los elementos químicos constituyentes y de las condiciones adecuadas para el aprovechamiento de éstos.
El ciclo del carbono, aunque complejo por la versatilidad del elemento y las reacciones en la naturaleza, puede ser resumido en cinco procesos básicos:
La concentración de altas dosis de dióxido de carbono o de monóxido de carbono (la presentación tóxica del elemento) en la atmósfera eleva la temperatura. Si no es controlada y reducida, terminaría por destruir las condiciones favorables para la vida.
El principal beneficio del ciclo del carbono es la administración del elemento químico, el equilibrio que proporciona su producción, uso, descomposición y reciclado, así como los depósitos naturales ‘en los que se guardan los excesos’, para su posterior uso.
Los organismos biológicos evolucionan gracias a la energía y nutrientes del carbono, es un elemento esencial en su composición, pero en las proporciones inadecuadas puede ser nocivo.
El ciclo del carbono favorece el orden natural en la Tierra, sin embargo, en los últimos siglos es alterado no sólo por los procesos naturales de combustión, también por la indiscreción del hombre en el manejo de las industrias y la explotación de elementos o materiales ricos en carbono, entre ellos la madera, el carbón, el petróleo y el gas natural.
De las diferentes formas del carbono se obtienen productos que los humanos consumen a gran escala, combustibles para los automóviles, aceites, y gas doméstico, entre otros, por tanto, la explotación de estas fuentes de energía también se hace a gran escala y a una velocidad difícil de asimilar naturalmente, contribuyendo a la generación de los llamados gases invernales, responsables del recalentamiento de la tierra.
Castro Del Valle, Laura Isabel. (2020). Ciclo del carbono. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/ciclo-del-carbono/