En la mayoría de los países democráticos del mundo, se dice que las personas son iguales ante la ley. La justicia, la libertad, la fraternidad, el respeto constituyen valores universales que sostienen una democracia. Sin embargo, las diferencias relacionadas con diversos factores tales como la clase social, el nivel de educación, la edad, el género, el origen étnico, la religión, entre otros; son determinantes en la aparición de la desigualdad social. Para algunos, las desigualdades sociales son aceptables et no hay necesidad de corregirlas ya que lejos de contribuir a la calidad de vida del individuo, implicaría una nivelación hacia abajo. Para otros, la desigualdad social es la consecuencia de la dominación económica, política o social y por lo tanto, deben ser corregidas o al menos, reducidas.
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La desigualdad social se refiere a la diferencia de trato que puede beneficiar a una clase social, a un grupo o a un individuo con respecto a otros y que establece, jerarquías sociales.
La desigualdad social se refiere al trato diferente o discriminatorio que una persona tiene hacia otra, por su clase social, su religión, su género, su raza, su nacionalidad, entre otras cosas.
Por lo general, son las minorías sociales las que reciben con mayor frecuencia un trato discriminatorio. Los grupos dominantes se valen de la discriminación para ejercer control sobre los grupos minoritarios.
Según estudios arqueológicos, ya en el período Neolítico, existía la desigualdad entre los diferentes individuos de la sociedad en cuanto a la forma de trabajar la tierra.
Para el filósofo francés Jean Jacques Rousseau, en su obra «Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres», la desigualdad social y política no proviene de la voluntad divina ni se trata de una característica natural entre los individuos.
Para Rousseau, la desigualdad surge como una consecuencia de la propiedad privada y de aquéllos que se apoderan de las riquezas del mundo.
A pesar de que en la época de los ilustrados como Rousseau, se defendían las ideas de la libertad, igualdad y fraternidad y se promovían la importancia de los derechos humanos, la época de la revolución industrial marca más adelante, una diferencia considerable entre los niveles de ingresos.
A inicios del siglo XX, la diferencia en cuanto al nivel de ingreso medio entre los países “pobres” y los países “ricos”, tenía una proporción de 1 a 4 mientras que a inicios del siglo XXI, está proporción ha aumentado considerablemente de 1 a 30.
Los países en los cuales existe una mayor desigualdad social, pueden conocer consecuencias como las que se indican a continuación:
A pesar de ser España, un país desarrollado a nivel económico, según ciertos datos, casi el 30% de la población española, se encuentra en riesgo de pobreza. En efecto, aparentemente, no existen en este país, verdaderas políticas orientadas a la protección de los más vulnerables y a la redistribución de la riqueza, o si existen, éstas son ineficaces. En consecuencia, la sociedad española es una sociedad desigual.
En Argentina, el problema de la desigualdad social es cada vez más evidente. En este país, los ricos son cada vez más ricos mientras que los pobres se vuelven cada vez más pobres. Según algunas fuentes, los ricos ganan alrededor de 2.173 dólares por mes mientras que los pobres reciben 85 dólares por mes. Cabe señalar que la canasta básica argentina está estimada en 325 dólares al mes, mientras que la canasta básica total se sitúa por los 745 dólares al mes. Es una situación que ya venía aumentando en los últimos años del gobierno de Kichner y que se ha acrecentado durante el gobierno actual de Macri.
Por su tamaño, México es considerado la economía número 14 en el mundo. Sin embargo, la realidad es que alrededor de 45 millones de mexicanos son víctimas de la pobreza, lo cual hace de México, uno de los países más desiguales en Latinoamérica.
Además de la distribución de la riqueza, otros factores que contribuyen a una mayor desigualdad social, son las diferencias de género y de origen étnico-racial. En este último caso, se pueden mencionar a los grupos indígenas, los cuales sufren una gran discriminación con respecto a otros grupos sociales del país. Casi el 90% de los indígenas de este país no pueden acceder al sistema educativo, al sistema de salud y a una vivienda digna.
En Chile, el 1% más rico de la población tiene ingresos mensuales de $14.964.000 e incluso, el 0,1% aún más rico, recibe ingresos mensuales de alrededor de $83.000.000 mientras que el 0,01% percibe $459.000.000 por mes. En ese sentido, la mayor desigualdad económica se ubica en la parte más alta de la distribución.
Sancler, Valentina. (2018). Desigualdad social. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/desigualdad-social/