La dislalia es un trastorno que se da en el área del lenguaje y que se origina durante la primera infancia, además tiene una frecuencia de aparición bastante alta. Si se toma en consideración que el habla es el principal medio de comunicación para que los seres humanos se puedan comunicar, cualquier dificultad que se pueda dar en este nivel de expresión tendrá repercusiones negativas en el desarrollo socioemocional del niño.
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La dislalia es la dificultad que se presenta en la producción o en la articulación de uno o de varios fonemas sin que existan de fondo trastornos del sistema nervioso central, del sistema nervioso periférico, o lesiones anatómicas en los órganos del cuerpo.
Es un trastorno en el área de aprendizaje y debe de ser tratado en forma temprana para evitar las deserciones escolares y los bajos rendimientos. Es por esta razón que se considera de vital importancia favorecer el conocimiento sobre este trastorno para de esta manera lograr facilitar su posible tratamiento.
Las principales características que presentan los niños que padecen de dislalia son los siguientes:
Existen cuatro tipos diferentes de dislalias, cada uno de ellos con sus diferentes características:
Son varios los factores que se deben de tomar en cuanta para saber las causas de la dislalia. Sin embargo, se habla que el retraso fonológico del habla de los niños se produce porque no logró aprender los sonidos que eran más complejos en el lenguaje. Cuando los niños no logran adquirir la forma correcta de realizar los patrones de movimiento de la boca para producir algunos sonidos, empieza a cometer errores u omisiones de palabras. Algunas malformaciones físicas de los niños también intervienen directamente en el hablar y en la producción de los sonidos. La mala coordinación de los músculos que se necesitan para hablar, por ejemplo, en el caso de niños que padecen de labio leporino o paladar hendido pueden llegar a provocar una dislalia.
Los síntomas que se dan en la dislalia pueden variar dependiendo del grado de afectación que se de en el cuerpo. La dificultad que presentan los niños para articular las palabras también puede variar, desde una simple omisión hasta hacer que el lenguaje no pueda ser entendido. Algunos de los síntomas más comunes son:
Para realizar un diagnóstico adecuado se deben de tener en cuenta varios aspectos. El primero es realizar una entrevista con los padres del niño para obtener una anamnesis del problema, en ella, se buscará obtener una referencia de cómo ha sido la maduración del infante, recopilación de datos personales y familiares, desarrollo de la motricidad y escolaridad. Luego, se deben de examinar las articulaciones de las palabras para determinar el problema, se debe detallar la situación que hay entre el fonema y el problema y si éste está en una etapa inicial o avanzada. Es importante también determinar en el diagnóstico si existen problemas de motricidad que causen la dislalia, si existen problemas de discriminación auditiva o si hay alguna patología agregada.
El tratamiento por lo general lo realiza un terapista del lenguaje y tiene como finalidad que el niño pueda aprender a articular los sonidos de manera correcta. Se utilizan entonces, métodos para estimular la capacidad del niño a producir sonidos, ejercicios para vocalizar sílabas, ejercicios para la musculatura que interviene en la producción de los sonidos. En caso de que la condición esté acompañada de malformaciones físicas, entonces será necesario ayuda de parte del médico, y si la causa es por retrasos fonológicos, una intervención de parte de el área de educación también será necesaria.
Entre los ejercicios más comunes que se utilizan para ayudar a los niños con dislalia mencionamos los siguientes:
Briceño V., Gabriela. (2018). Dislalia. Recuperado el 22 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/dislalia/