Todo el mundo pasa en ocasiones por períodos de felicidad, de tristeza, de excitación y de verse confrontado a ciertas dificultades. Sin embargo, en los casos de trastornos bipolares, estos cambios emocionales son desproporcionados y alcanzan una intensidad tal que la persona no se da cuenta que sobrepasa los límites. Se trata de una situación que conlleva a problemas en el entorno familiar, laboral y social. Precisamente, la hipomanía, suele desarrollarse en el cuadro de un trastorno bipolar. Esta se caracteriza por un estado eufórico que no se relaciona con ningún contexto en particular.
Temas relacionados
Hipertimia, trastorno bipolar
Se trata de un trastorno psiquiátrico que se manifiesta por una excitación u euforia transitoria. Es una forma de menor intensidad que un episodio maníaco. La persona que padece hipomanía suele sentir un aumento anormal de la energía de forma persistente a pesar de tener pocas horas de sueño. Asimismo, el deseo de hablar sin parar y la agitación son comportamientos característicos de la hipomanía.
La hipomanía es usualmente descrita como un estado de ánimo o un nivel de energía que está más alto de lo considerado normal, pero no tan intenso como para causar problemas en el funcionamiento del individuo.
La palabra tiende a causar confusión en algunas personas debido al prefijo “hipo” que proviene del griego y significa “bajo”. En este caso, a pesar de que los episodios hipomaníacos son intensos y no bajos, se usa este prefijo para expresar una menor intensidad que en el caso de un episodio maníaco. Pero es importante señalar, que si le compara con un estado de humor normal, la hipomanía siempre es más elevada.
Las personas que sufren de hipomanía presentan por lo general los siguientes síntomas:
El diagnóstico de un episodio hipomaníaco depende de la presencia de un conjunto de características y síntomas. En primer lugar, se debe presenciar un aumento anormal en el humor acompañado un incremento inusual en las actividades y en la energía del individuo durante por lo menos 4 días. El humor, las actividades y el comportamiento que acompañan una hipomanía son claramente distintos de los que una persona suele tener en su día a día, hecho que puede ser notado por quienes la rodean. La ausencia de cambios en el humor y la persistencia de un estado de ánimo eufórico son claves para identificar un episodio hipomaníaco de una variación normal en el humor.
Considerando que la hipomanía puede ser una forma de bipolaridad, los tratamientos que tienden a atenuar los episodios hipomaníacos pueden ser similares a los empleados en casos de un trastorno bipolar. Para ello, se debe tener en cuenta, aspectos tales como la frecuencia de los episodios hipomaníacos, la duración de las fases, la intensidad de los síntomas, entre otros.
Para actuar en los estados de ánimo inducidos por una hipomanía, se pueden seguir las siguientes indicaciones médicas:
Finalmente, es importante considerar el factor que genera los episodios de hipomanía ya que de éste dependerá la selección del tratamiento más adecuado a seguir.
La manía suele tener una duración de al menos una semana y se caracteriza por una alteración significativa del funcionamiento del organismo lo cual puede llevar incluso, al individuo a la hospitalización o a la presencia de síntomas psicóticos como alucinaciones, delirios o paranoia. En la hipomanía la duración de los síntomas puede ser más corta, de alrededor unos 4 días. Estos síntomas no llevan a una disminución significativa del funcionamiento sino que más bien, al contrario, las personas hipomaníacas suelen ser más funcionales que de costumbres y pueden sentir un aumento de la energía, una mayor concentración y una mayor facilidad para socializar.
Por su parte, el individuo que sufre una manía padece síntomas mucho más severos con actos de agresividad y de violencia. El paciente tendrá alucinaciones y entrará en una especie de psicosis infernal, delirante e intensa. El sentimiento emocional de euforia resulta significativo y la persona pierde contacto con el mundo real. Todo esto hace que la enfermedad sea un verdadero impedimento para el buen funcionamiento de su vida cotidiana.
Al principio de un trastorno bipolar, los episodios hipomaníacos son generalmente mal interpretados y no son considerados patológicos. Al contrario, el paciente siente que son agradables y al entorno familiar no ven un problema como tal. Asimismo, como la actividad y la creatividad del paciente parecieran aumentar, en el medio laboral, se percibe al principio un cambio positivo en el paciente que pareciera ser más productivo. Es posteriormente, frente a episodios hipomaníacos más intensos que estos períodos son considerados como las primeras manifestaciones de un trastorno bipolar.
En resumen, la hipomanía podría ser un síntoma de un trastorno bipolar.
Sancler, Valentina. (2018). Hipomanía. Recuperado el 25 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/hipomania/