El termino latifundio es usado normalmente en el ámbito de la economía. Se refiere a una gran extensión de terreno dedicada a actividades agropecuarias. En las primitivas sociedades los propietarios solían ser llamados terratenientes y eran destacados personajes con gran prestigio social y poder político.
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Un latifundio es una extensa parcela de tierra fértil perteneciente a un único dueño, y que es sometida a la explotación agrícola. Se asocia con un sistema de relación dominación –dependencia, establecida entre el propietario y sus trabajadores quienes han sido oprimidos desde las épocas ancestrales. Esta distribución de la tierra obstaculiza el desarrollo de las naciones.
Los latifundios tienen un grupo de características que contemplan variados aspectos. Destacan las siguientes:
Esta forma de propiedad tuvo su origen en medio de una serie de acontecimientos históricos y trascendentales cambios políticos. Durante la época ocurrieron las conquistas militares y colonizaciones para la creación del Imperio de la antigua Roma, las invasiones germánicas, la Reconquista española y la colonización europea de América.
Fue, concretamente en el Imperio romano donde surgieron por primera vez los latifundios. Allí existía una marcada diferenciación entre la ciudadanía. Unos eran miembros de familias adineradas, propietarios de tierras, las cuales concedían al Estado para ser trabajadas y, otros solo podían aportar a sus descendientes o prole como mano de obra.
Así empezaron a formarse grandes extensiones de tierras como monopolios locales de producción dedicados principalmente a la agricultura, ganadería y en menor medida a la pesca. También se establecieron desde estas épocas primitivas las redes burocráticas.
En la Edad Media, entre el siglo V y el XV, debido a los cambios políticos y sociales, surge la llamada sociedad feudal. Los aristócratas y nobles pasaron a ser los propietarios de las tierras. Cada uno, llamado señor feudal, tenía un latifundio donde los campesinos recibían hospedaje, protección y alimentación a cambio de su trabajo. Además, la esclavitud estuvo presente en los latifundios, representando la forma más degradante de la explotación del trabajo humano.
En la Edad Moderna comprendida entre los siglos XV y XVIII, el latifundio seguía existiendo. En esta época fue la metrópolis europea la que más beneficios obtuvo. A pesar del repartimiento de tierras hecho durante la conquista de América, la mayor producción era enviada al otro continente fortalecimiento a las monarquías nacionales europeas. De esta forma, los grandes latifundistas permanecen, de una forma u otra, protegidos política y militarmente a pesar de los cambios de sistemas ocurridos a lo largo de la historia.
Los latifundios se empezaron a formar entre la época del Imperio romano y la Edad Media. Cuando las altas esferas militares obtenían alguna victoria se adueñaban de las tierras conquistadas repartiéndoselas entre ellos y acumulándolas como signo de riqueza.
Los reyes también se las apropiaban como una especie de pago por el logro obtenido. Conferían tierras a cambio de lealtad. Ejemplo de ello fue el Emperador de Occidente Carlomagno quien adjudicaba grandes proporciones de terrenos a los súbditos servidores que le juraban fidelidad.
La misma situación se observó posteriormente en la colonia Latinoamérica, como derivación del dominio español sobre el territorio. El rey otorgaba tierras a un grupo de personas permitiendo que una minoría privilegiada hiciera fortunas descomunales.
Era evidente el interés desmedido de acumular tierras para obtener capital y poder monopolizar la actividad agrícola por ostentar cuantiosas hectáreas de terreno, competentes pero improductivos en su mayoría.
Otra causa de la aparición de los latifundios fue la necesidad de producción a gran escala de alimentos y demás productos provenientes de la tierra. El objetivo era garantizar alimentación a la población y desarrollar el sector del comercio. Pero nunca se logro tal finalidad por cuanto seguían prevaleciendo intereses particulares y no se implementaron las reformas requeridas.
De manera general se establece que hay un solo tipo de latifundio referido a grandes extensiones de terrenos en pocas manos. Sin embargo, en algunos países han surgido ciertas clasificaciones de acuerdo a la producción:
Otras clasificaciones las realizan con base a diversos enfoques. De esta manera se derivan los siguientes tipos:
En las naciones latinoamericanas la práctica del latifundio es muy común generando sus negativas consecuencias económicas, sociales y políticas para la región. Los propietarios son personajes que heredaron de sus antepasados los extensos terrenos convirtiéndose en poderosos terratenientes.
A pesar de haber adquirido diferentes formas y nombres tales como hatos, haciendas, fincas entre otras, queriéndose atenuar la imagen capitalista que desde siempre el latifundismo ha reflejado, no se ha logrado.
Los trabajadores del medio rural, llamados peones, continúan siendo mal remunerados, coartados y sin los adecuados beneficios contractuales. Igualmente se mantiene la baja capitalización, la prevalencia de los intereses propios sobre los colectivos y la escasa productividad en proporción con el tamaño de las parcelas.
La importancia del latifundio radica en el potencial que representa para la obtención de cuantiosas producciones. Posee un extraordinario terreno, buena ubicación y condiciones aptas para su aprovechamiento y rentabilidad.
También constituye una alternativa para que el Estado planifique y ejecute proyectos en pro de la seguridad alimentaria de las comunidades. Actualmente, en varias naciones, principalmente latinoamericanas, hay muchas tierras en poder de los gobernantes.
No obstante, es pertinente destacar que el latifundismo, más que un beneficio se considera una traba para el desarrollo agrícola. Es utilizado para desplegar dominio y poder y no como instrumento para el trabajo. Así fue siempre y sigue siendo en el presente. Implica que son mayores sus desventajas que las ventajas mientras no se apliquen las pertinentes reformas.
En el presente, según la región donde se encuentren las grandes extensiones de terrenos, reciben diferentes denominaciones. Puede ser haciendas, fincas, hatos, fundos, ranchos, parcelas. A pesar del nombre asignado siguen teniendo las mismas características, por ello pueden considerarse latifundios. Ejemplos de estos son:
Castro Del Valle, Laura Isabel. (2020). Latifundio. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/latifundio/