LiteraturaNarrador equisciente
Al momento de iniciar una escritura creativa de texto literario, es primordial decidir qué especie de narrador utilizar. Esto determinará la perspectiva desde la cual será contada la historia. Existen tres tipos de narradores principales: en primera, segunda y tercera persona. Pero en este último, se puede identificar al narrador equisciente, que se emplea principalmente cuando se quiere generar intriga. Aplicar este recurso no es muy sencillo, pero vale la pena intentarlo. Descubre más de él a continuación.
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Narrador omnisciente, narración
¿Qué es el narrador equisciente?
El narrador equisciente es básicamente una tercera persona, y se centra en un solo personaje. Al principio puede ser similar a un omnisciente, pero poco a poco se notará que se trata de un “disfraz”. Se oculta tras una primera persona y solo estará al tanto de los pensamientos o estímulos de un solo actor. Podría existir una apreciación reducida, cuando hace seguimiento solo a un sujeto durante todo el relato, o una apreciación reducida general, si va cambiando de individuo durante cada suceso o capitulo.
Cómo funciona
El narrador equisciente es similar al narrador en primera persona, está capacitado para ofrecer detalles notables, aunque no reconocidos por el intérprete (que le hayan pasado desapercibidos, por ejemplo). Además, suele detallar cosas que el protagonista nunca comentaría acerca de sí mismo, como el color de su cabello, sus ojos o algún defecto personal. Es común su implementación en obras literarias del género misterio, intriga o policial. Actúa como un compañero que colabora en desentrañar paulatinamente los hechos. En este caso el prosista es un hombre existente, que vive o vivió en una época establecida. No alcanza a contar lo que pasó antes o después de su existencia y, aun así, solo podría relatar lo que hubo experimentado en persona o comprendido sobre algún asunto explícito. Una ejemplificación famosa de narradores equiscientes, con una apreciación limitada global, está expuesta en la novela “Juego de tronos”, de la saga “Canción de Hielo y Fuego”, del escritor George R.R. Martin. Existe uno en todos los capítulos. Estos llevan el nombre de la figura que seguirá y contará una parte de la trama. Ocasionalmente, el autor puede utilizar a favor características del tipo narrativo para darnos diferentes perspectivas sobre un mismo suceso.
Características del narrador equisciente
A fin de determinar el estilo narrativo adecuado para la creación literaria, es preciso conocer las características del narrador equisciente:
- Tiene una apreciación reducida: Tal y como se describe los anteriores párrafos, tiene la cualidad de dar al lector solo un enfoque fundamentado a su objetivo de seguimiento.
- Desarrolla un asunto e incita otros: busca explicar objetivamente aquellos asuntos que le suceden al personaje en seguimiento, su figura es subjetiva para los demás integrantes de la trama.
- Brinda una visión variada: Sus funciones limitadas por la apreciación reducida general, le permite al lector mirar los hechos desde diferentes ópticas.
- Se reconoce como el personaje: Aunque no tiene un papel actoral en la obra, sus valores y opiniones se identifican con el individuo que sigue.
- Genera una afinidad entre la figura seguida y el lector: En vista de que ofrece una perspectiva muy personalizada, hace que el lector sienta una gran simpatía por el sujeto descrito.
Ventajas
El narrador equisciente presenta las siguientes ventajas:
- Permite relatar los sucesos con soltura, en historias con mucha acción o muy sensibles, igualmente en los relatos mixtos que aplican ambas modalidades.
- Produce incertidumbre, conjeturas, reflexiones y con ello mantiene el suspenso del lector.
- Se logra un equilibrio espontaneo debido a una objetividad intrínseca en narraciones desde tercera persona y su vez la empatía que genera el discurso primero línea. La situación hace que esta manera de relatar navegue de manera natural entre intimidad y acción.
- Permite mantener cierto control en actores propensos al análisis emotivo y pensativo a fin de que la narración no pueda ser raptada.
Desventajas
- La principal desventaja es que hay una pérdida significativa de esa generalidad que conquistan las narraciones omniscientes.
- Se debe sopesar bien la armonía entre la acción y la introspección, si no es así los relatos podrían parecer fluctuantes, quebrarse la coherencia y la conexión con el lector.
- Se pierden muchas tonalidades de sentimientos y/o sentidos que sin dudas otorgan las narrativas contadas por sus protagonistas.
Diferencia entre el narrador equisciente y omnisciente
La diferencia fundamental entre ambos, es que el narrador equisciente, aunque es una pieza de la narración, desconoce el total de los acontecimientos y pormenores sobre los hechos que se suscitan en la obra. Por su parte, la técnica del omnisciente está capacitada para exponer cada uno de los detalles ocurridos en la historia y los involucrados. El equisciente solamente se faculta para pormenorizar objetivamente sobre los sucesos y emociones del sujeto que sigue. El relator equisciente, ha ganado veracidad, pues resulta difícil creer en una narrativa global, porque actualmente estamos más interesados en historias concretas. La actuación de tipo omnisciente se caracteriza por ver desde un ángulo superior absolutamente todo lo ocurrido, interna y externamente sin darse a conocer con los lectores. Es quién decide compartir datos o no, además de en qué momento hacerlo. Su supremacía en la pieza literaria hace que le comparen con un Dios.
Diferencias entre el narrador equisciente y deficiente
El narrador deficiente es interno, no tiene mucha comprensión de lo que está sucediendo. Incluso, sus conocimientos sobre las acciones que se desarrollan son tan vagos como los que posee el lector o el individuo central de la trama. Solo está en la facultad de asentar aquello que es captado por el sentido de la vista y el oído. No se adentra en la mente de ningún sujeto. Al contrario, en una narración equisciente, se reconoce como un actor específico, conoce y siente igual a ése. Relata el cuento y sus prácticas en la posición de figura central. Es apto para ofrecer detalles ya conocidos, aunque los desconozca el protagonista
Algunos libros con un narrador equisciente
- Saga Canción de hielo y fuego, de George R. R. Martin
- True Calling, de Siobhan Davis
- Trilogía de Legend, de Marie Lu
- Desconexión, de Neal Shusterman
- Endgame, de James Frey
- El infierno y los Celacantos, de César Fuentes Rodríguez
Cuentos
Ejemplo de narrador equisciente
- Fragmento “Disociación”, de Cristal de Luna: “Ocultar el cadáver, físicamente, le fue cosa sencilla a Amanda, a pesar de su pequeña complexión, sin embargo, para su mente si representó un esfuerzo, pues tenía parpadeos entre la realidad y la completa demencia. Mientras arrastraba el cuerpo intentaba, de forma persistente, citar alguna frase de «Corazón Delator», sin demasiado éxito; pero ella, a diferencia de aquel protagonista terriblemente nervioso, no sentía el temor de ser descubierta o remordimiento alguno, únicamente tenía en mente deshacerse de la presencia que le causaba repulsión; ése placentero momento, para ella, llegó en el instante en que lanzó a su difunto marido al nuevo pozo ciego sin terminar, y lo externó echando una leve carcajada a la par que lograba citar el último fragmento de la obra. Pasaron más de treinta minutos de aquello que ella denominó, para sí, «un accidente», reafirmándoselo con desprecio, ya que aún la palabra «accidente» que le dijeran al perder a su hija de ocho meses, retumbaba en su interior. Una enorme sensación de satisfacción la embargaba cuando se halló en su comedor iluminado con luces artificiales, y a la vez que inclinaba su silla y clavaba su mirada en el movimiento del ventilador en el techo, intentaba buscar el origen que la había orillado, poco a poco, a cometer tal acto, sin pensar en los hechos transcurridos en las últimas horas y sin que cruzara por su cabeza lo que había cometido en realidad, pues la pérdida de su bebé y el asesinato de su esposo, parecían haberse esfumado casi por completo de su memoria”.
- Fragmento “La noche boca arriba”, de Julio Cortázar: “A mitad del largo zaguán del hotel pensó que debía ser tarde y se apuró a salir a la calle y sacar la motocicleta del rincón donde el portero de al lado le permitía guardarla. En la joyería de la esquina vio que eran las nueve menos diez; llegaría con tiempo sobrado adónde iba. El sol se filtraba entre los altos edificios del centro, y él —porque para sí mismo, para ir pensando, no tenía nombre— montó en la máquina saboreando el paseo. La moto ronroneaba entre sus piernas, y un viento fresco le chicoteaba los pantalones”.
Escrito por Laura Isabel Castro Del Valle