Las formaciones estelares son los procesos gracias a los cuales las nubes interestelares se convierten en estrellas. Una de las más majestuosas que se haya descubierto es la nebulosa del Águila. Situada a 6500 años luz de la Tierra (o lo que es lo mismo, 1750 pársecs), esta masa de materia cósmica pertenece al catálogo de Messier, específicamente al objeto llamado M16, y pertenece a una región H II, lugar donde se produce el nacimiento de estrellas masivas
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La nebulosa del Águila, es un cuerpo astronómico, el cual fue catalogado como M16. Este se encuentra compuesto por una nebulosa y un cumulo de estrellas abiertos.
De acuerdo con la comunidad científica, se estima que esta formación empezó a existir hace 1 o 2 millones de años.
Su zona central fue descrita por primera vez en 1746 por el astrofísico Jean-Philippe de Cheseaux, como un cúmulo de estrellas entre las constelaciones de Antínoo, Sagitario y Serpiente. Casi dos décadas después, el astrónomo Charles Messier, de acuerdo con lo escrito en su catálogo, detalló la nebulosa por completo.
En 1995, es descubierta por el telescopio Hubble, y la imagen captada se volvió popular a nivel mundial.
Las cualidades más destacables de esta nebulosa son las siguientes:
Su ubicación exacta es en la constelación Serpens, específicamente hacia el este, en su zona caudal, formando parte del objeto M16 junto con el cúmulo abierto denominado NGC 6611.
El objeto asociado a la nebulosa del Águila es el M16, y forma parte del catálogo Messier, listado de objetos astronómicos observados y descritos por el astrónomo francés Charles Messier. Es llamado así debido a que es el objeto interestelar número 16 descubierto por Messier.
Desde el punto de vista científico, ha sido observada por varios telescopios espaciales, siendo el primero de ellos el Hubble en el año de 1995. Gracias a la fotografía tomada por este telescopio, se demostró que los pilares de la nebulosa (conocidos como Pilares de la Creación) son fuente de estrellas jóvenes.
De igual manera, la Agencia Espacial Europea ha obtenido datos gracias a dos telescopios: Herschel, que ha mostrado detalladamente los gases y el polvo que conforman esta nebulosa, y XMM-Newton, que permitió ver las estrellas jóvenes calientes.
Como aficionado, quien esté interesado en observar esta nebulosa debe contar con unos binoculares de calidad y estar en un clima adecuado. Además, hay que asegurarse de que el cielo esté en su punto más oscuro, lejos de la contaminación, y manejar las coordenadas correctas.
Una vez alcanzado esto, hay que localizar la constelación del águila, específicamente su cola, y allí podrás notar la nubosidad. Si se utiliza un telescopio de gran apertura, puede detallarse el objeto con mayor amplitud.
Lo que más llama la atención de este fenómeno son las enormes columnas huecas de polvo y gas que se sitúan en su zona central que, luego de ser observadas con detalle por distintos telescopios espaciales, pasaron a ser llamadas los Pilares de la Creación.
El nombre que se le adjudicó a estas colosales columnas de la nebulosa del Águila, los Pilares de la Creación, se debe al hecho de que en esta nube de gases nacen estrellas jóvenes. Como contrapartida, también mueren un buen número de estrellas, aunque sus restos vuelven a formar parte de nuevas estrellas.
Calderón, Grecia. (2019). Nebulosa del Águila. Recuperado el 24 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/nebulosa-del-aguila/