El neoplatonismo es un término moderno que se utiliza para designar el período de la filosofía platónica que comienza con el trabajo de Plotino y termina con el cierre de la Academia platónica por el emperador Justiniano en el año 529 d. C. El nombre de platonismo, que a menudo se describe como de naturaleza "mística" o religiosa, fue desarrollada fuera de la corriente principal del platonismo académico. Los orígenes del neoplatonismo se remontan a la era del sincretismo helenístico que engendró tales movimientos y escuelas de pensamiento como el gnosticismo y la tradición hermética.
La corriente consiste en basar el principio de todo lo existente como una unidad absoluta, lo Uno, o la realidad suprema, y que de ella surgen todas las realidades por emanación. El primer ser emanado del Uno es el Logos, también llamado Verbo, Inteligencia, que contiene las ideas de las cosas posibles. Después, esta Inteligencia se encarga de engendrar el Alma, que implica el principio del movimiento y de la materia.
El Uno, la Inteligencia y el Alma son las tres hipóstasis que encierra toda la Trinidad neoplatónica. El ser que ha sido engendrado lucha por ascender a la perfección de la cual emana. Todas las cosas vienen del bien y por lo tanto tienden a ir hacia el bien. El alma debe de superar el pensamiento y que, al confundirse con Dios pierde su propia conciencia.
El neoplatonismo tuvo su origen aproximadamente en el siglo II, y en ese tiempo fue enseñada en varias escuelas filosóficas hasta llegar al siglo VI. Es considerada como la última manifestación del platonismo antiguo, y se creó con doctrinas filosóficas de Pitágoras, Aristóteles, Zenón y principalmente de Platón.
Su primer representante fue Filón de Alejandría, un judío que en el siglo I propuso una interpretación platónica del texto bíblico. Otro de sus representantes fue Amonio Saccas quien a su vez es considerado como el verdadero creador del neoplatonismo, quien trató de amalgamar las ideas platónicas, las aristotélicas, las cristianas y las paganas. Sin embargo, el neoplatonismo alcanzó su mayor esplendor con Plotino quien expuso la doctrina del neoplatonismo en sus “Eneadas”.
Luego del año 400, la doctrina fue enseñada en la Academia de Atenas, pero dejó de funcionar por orden del emperador romano Justiniano. Posteriormente resurgió durante el Renacimiento, época en la cual la belleza material se combina con la espiritual, al igual que el periodo Barroco.
Los principales representantes del neoplatonismo fueron:
Las principales características del neoplatonismo son las siguientes:
En lo que respecta a la ética neoplatónica, encontramos que fue marcada de manera importante por la religión y por la tendencia mística del hombre para estar en contacto con la divinidad. Plotino se encargó de desarrollar un esquema idealista con bases platónicas para influir en la ascética cristiana que aún perdura en algunos grupos religiosos.
La ética se basaba en el uno, el cual era la base de todo, era perfección total, un principio de origen divino que de desplegaba hacia el exterior en forma de inteligencia, luego en forma de alma y luego como almas similares en cuerpo. También le daban especial importancia a la vida intelectual pues esta era la finalidad del hombre.
Los cristianos post apostólicos creyeron en el platonismo y en las antiguas filosofías paganas que el cristianismo había logrado dejar atrás. Sin embargo, el neoplatonismo tiene características que llamaron la atención de algunos cristianos intelectuales. El Modelo Tripartito de la Divinidad del Neoplatonismo se complementó a la perfección con la doctrina cristiana de la Santísima Trinidad. El neoplatonismo insistió en el reino inmaterial trascendente como el bien supremo, y también hizo un llamado a la vida ascética en el cristianismo.
Algunos cristianos vieron que el neoplatonismo contenía todas las ideas principales del cristianismo, con la única diferencia de que no reconoció a Cristo. La realidad, incluso si los cristianos lo negaran, fue que la Trinidad era platónica en su origen, de hecho la mayor parte de los padres de la iglesia fueron platónicos. El ser “único” del platonismo se convirtió en el Dios hebreo para los cristianos. Otra de las pocas diferencias fue que el neoplatonismo no hablaba de un demonio, sino que atribuía el mal a la falta de bondad del hombre.
En este periodo los artistas desarrollaron un nuevo lenguaje más formal y le dieron más atención a la renovación de los temas. Se empezaron a crear obras con temas profanos o mitológicos intentando conciliar la filosofía antigua con el cristianismo. El arte se fundamentaba en el amor como la fuerza que movía el universo y la belleza, una inmaterial asociada con Dios y un material asociada con el mundo sensible.
Los pensadores cristianos, encontraron en el espiritualismo de Platón el arma perfecta para defender y mantener una concepción del alma humana, concepto que era rechazado por el materialismo pagano pero que la iglesia cristiana aceptaba decisivamente.
De esta forma, cuando las ideas de Plotino comenzaron a sobresalir, los escritores cristianos aprovecharon la doctrina, ya que ésta decía que hay un mundo espiritual más real que el mundo de la materia.
Un ejemplo de neoplatonismo es el siguiente:
Briceño V., Gabriela. (2018). Neoplatonismo. Recuperado el 25 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/neoplatonismo/