Neptuno es un planeta oscuro, frío y sumamente ventoso. Es el último de los planetas que podemos encontrar en nuestro sistema solar. Está más de 30 veces más lejos del sol que la Tierra y además es muy parecido a Urano. Está hecho de una masa espesa de agua, amoníaco y metano sobre un centro sólido del tamaño de la Tierra. Su atmósfera está compuesta de hidrógeno, helio y metano y este metano le da a Neptuno el mismo color azul que Urano. Neptuno tiene seis anillos, pero son muy difíciles de ver. Pertenece al grupo de planetas gigantes gaseosos.
Neptuno es el planeta dinámico más externo del sistema solar formado de hidrógeno, helio, vapor de agua y de metano, gas responsable de darle ese color azul que lo caracteriza.
Entre sus principales características podemos mencionar las siguientes:
En la mitología romana, Neptuno, que, en griego era conocido como Poseidón, era el dios del mar. Después del descubrimiento de Urano, se notó que su órbita no era como debería ser de acuerdo con las leyes de Newton. Neptuno fue observado por primera vez por Galle y d’Arrest el 23 de setiembre del año 1846. Se dio en ese tiempo una disputa internacional entre los ingleses y los franceses sobre la prioridad y el derecho a nombrar el nuevo planeta; sin embargo, en la actualidad se acreditan conjuntamente el descubrimiento de Neptuno. Más de dos siglos antes, en 1613, Galileo lo observó cuando estaba muy cerca de Júpiter, pero pensó que era solo una estrella, notó que se movía ligeramente con respecto a otra estrella cercana pero los cielos nublados impidieron las observaciones y su descubrimiento en esa época.
De manera muy similar al planeta Urano, Neptuno se encuentra compuesto de un núcleo rocoso colocado dentro de una cáscara helada, alrededor de la cual se puede encontrar una capa bastante densa y espesa de gases atmosféricos que comprenden casi el 10% de su masa total. El núcleo del planeta está formado de roca fundida, agua, amoníaco líquido y metano, y su capa superficial está compuesta de hidrógeno, helio, agua y metano. Un dato curioso es que le exterior del planeta es sumamente helado pero su centro puede llegar a alcanzar temperaturas de hasta 4700 °C.
Recibe poco calor por parte del sol, pero parece ser que el planeta tiene una fuente interna de calor que produce sistemas climáticos alrededor del planeta. Su atmósfera tiene una estructura de bandas y en ellas se producen gigantescos huracanes. Su sistema de nubes es muy activo y la velocidad del viento alcanza los 2.000 km/h. La atmósfera a grandes altitudes está formada por 80% de hidrógeno y 19% de helio, el resto es metano. Su región inferior se encuentra dividida en troposfera, estratosfera y tropopausa.
Su campo magnético es bastante inclinado con respecto al eje de rotación, esto podría deberse a los flujos internos que tiene el planeta y la inclinación en la que se encuentra el mismo. El dipolo del campo magnético, en el ecuador magnético de Neptuno, es de unos 14 micro teslas (0,14 G).35.
Es el planeta que tiene el año más largo. Le toma al planeta 164,8 años terrestres para lograr orbitar el Sol. Nuestro planeta gira alrededor del Sol casi 165 veces antes que Neptuno orbite una vez, y ni siquiera se ha visto una órbita entera desde que se descubrió el planeta.
Se conocen con exactitud catorce satélites en Neptuno. El más grande e importante se llama Tritón, es de inmenso tamaño y posee una órbita retrógrada. Se han logrado encontrar géiseres de nitrógeno en su superficie. Al inicio solo se conocía Tritón y Nereida, pero con el Voyager 2, se descubrieron seis diferentes: Náyade, Talasa, Despina, Galatea, Larisa y Proteo. La mayoría de ellos se consideran como restos de una luna que fue destruida.
Sus anillos son débiles y tenues, compuestos de polvo. Neptuno tiene cinco anillos: Galle, Le Verrier, Lassel, Arago y Adams, que van acorde con los astrónomos que han realizado más investigaciones del planeta. Se cree que están compuestos de materia orgánica que ha sido producida por la magnetosfera.
La temperatura de Neptuno es de -223°C y en grados Fahrenheit es de –370°.
Es una mancha detectada en el hemisferio sur por la sonda espacial Voyager 2 de la NASA. Se piensa que pudo haber sido un hoyo de la atmósfera parecido al de la capa de ozono de la tierra. Es casi del mismo tamaño que la tierra y los vientos alrededor de ellas han llegado a medir más de 2.400 km/h.
Briceño V., Gabriela. (2018). Neptuno. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/neptuno/