La parábola del sembrador es una de las tantas historias narradas por Jesús que tienen un significado especial para el pueblo creyente. Es una de las pocas parábolas en las cuales Jesús, además de contar la historia, también da una explicación sobre la misma. Es considerada una de las narraciones más importantes para aquellos de deciden predicar la palabra de Dios a aquellas personas que no son aún creyentes, una forma de poder anunciar el mensaje de los evangelios.
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La parábola del sembrador es una de las historias que se encuentran en los evangelios sinópticos de la Biblia y pertenece además a un grupo pequeño de parábolas que, además de ser narradas por Jesús, también fueron explicadas por Él a todos sus discípulos.
El mensaje que dio Jesús en la parábola del sembrador es considerado como uno de los más importante y populares que han sido plasmados en la Biblia. En ella, Jesús cuenta una historia simbólica con el objetivo de enseñar las verdades espirituales que se encuentran en el evangelio. La parábola narra la historia de un sembrador que salió a esparcir sus semillas, una parte de ellas cayó al lado del camino, ésta fue pisoteada por las personas que pasaban por el lugar y además, los pájaros se las comieron.
Otra parte de las semillas logró caer sobre las piedras en donde lograron brotar, sin embargo, debido a la falta de humedad que había en el lugar, éstas se secaron. Algunas de las semillas cayeron entre las espinas y cuando creció al lado de las espinas, éstas la ahogaron. La última parte de las semillas cayeron en buen terreno y por eso pudieron brotar produciendo una cosecha del ciento por uno.
Los personajes que forman parte de la parábola del sembrados son los siguientes:
La principal enseñanza que deja la parábola del sembrador es que los hombres deben de escuchar y acoger la Palabra de Dios. De la misma manera que hay personas que se apegan a la palabra, existen aquellas que, por varias razones deciden ignorarla y rechazarla. Nos enseña también que todas las personas cristianas son sembradores de la palabra y que cada una es además responsable sobre lo que hace o no hace con lo que aprende de esta palabra.
Esta historia muestra el lugar en donde la responsabilidad de la palabra debe de caer, en este caso no nos referimos a las semillas o a la siembra sino más bien en el suelo, el cual representa el corazón del hombre, que es el lugar en donde lo que Dios nos enseña podrá calar y permanecer para que así el ser humano pueda vivir conforme a su palabra.
Para poder entender esta parábola es necesario basarse en los cuatro tipos de terrenos en los cuales la semilla (palabra de Dios) es esparcida. El primero de ella habla sobre la semilla al lado del camino y esto nos explica que, el lanzar una semilla a este tipo de camino es como lanzarla a aquellas personas que tienen el corazón endurecido y por eso, la palabra no prospera.
En segundo lugar encontramos a la tierra pedregosa o a las piedras en donde la semilla cae y brota pero a pesar de esto, es quemada porque no logra fundar su raíz en la tierra. Este pasaje se refiere a aquellas personas a las que la palabra logra llegar pero a pesar de esto, no logra echar raíz ocasionando un sentimiento de alegría momentánea el cual pasará con rapidez porque no existe un arrepentimiento verdadero. Cuando esto sucede, las pruebas, las tentaciones y los problemas aparecen y cuando esto sucede, la persona inmediatamente abandona todo lo que ha escuchado con anterioridad.
Luego encontramos a los oyentes representados en la tierra espinosa quienes tienen un corazón que aún no se ha rendido por completo a Dios y por eso deben de tener mucho cuidado porque a pesar de que la palabra les alimenta, cuando los problemas llegan pueden caer si no se está en oración y clamor a Dios. Aquí es importante mencionar que las espinas, que también pueden ser cosas externas y afanes del mundo, deben de ser eliminados para poder vivir conforme a la voluntad de Dios.
Por último encontramos a los que escuchan la palabra en buena tierra, los que dan frutos, aquellas personas que tienen un corazón recto y bueno y que logran guardar la palabra con perseverancia. Son las personas que logran aferrarse a la palabra de Dios para vivir su vida de forma correcta.
La parábola del sembrador la podemos encontrar en los evangelios de Mateo 13:1-8, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8.
La importancia de esta parábola se enfoca en las diferentes formas en las que una persona puede llegar a recibir el mensaje dado por la palabra de Dios. Es importante porque por medio de ella, Jesús explica y enseña de forma clara que la responsabilidad relacionada con el Reino de Dios y con la palabra, indicando que ésta no se encuentra en la siembra sino más bien en el suelo, el cual es representado por el hombre y por su corazón.
Muestra además cómo Dios tiene un propósito para todos los hombres el cual es el de lograr la salvación y la reconciliación del hombre consigo mismo. Es por esto que Dios busca establecer relaciones personales con los hombres por medio de su mensaje y para ello, utiliza su palabra la cual, dependiendo del corazón del hombre, puede caer, echar raíz y crecer. Cabe recalcar que la palabra de Dios es la que puede guiar al ser humano para que con sus actos y pensamientos logre en determinado momento alcanzar el reino de los cielos.
Briceño V., Gabriela. (2021). Parábola del sembrador. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/parabola-del-sembrador/