Desde un punto de vista lógico, la manera en cómo se argumenta un tema, es sumamente importante. Es por eso que hay que prestarle mucha atención a la estructura de esto y hay que prestarle mucha atención a la premisa de un argumento.
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En la filosofía, existe una rama que se dedica a estudiar todo aquello que dirige nuestra manera de pensar como especie, y se conoce como lógica. La lógica estudia, entre tantas otras cosas, al argumento como muestra de razonamiento, cuya base reposa en la premisa. La premisa, vista desde la filosofía, es el elemento que permite llegar a una conclusión en un argumento, sea verdadera o falsa. Tiene su origen en el latín praemissus, que significa antelación.
La premisa es una de las piezas principales de la lógica y representa la base de cualquier argumento, pues permite que el mismo pueda llegar a un desenlace válido. Se consideran proposiciones, y por tanto su función es negar o afirmar un postulado falso o verdadero.
Los estudios de la lógica la sitúan tradicionalmente en el silogismo, el cual se vale de dos o más premisas para poder llegar a una conclusión.
La proposición se maneja como un sinónimo de premisa, pues representa la expresión de un juicio que permite afirmar o negar un argumento. Se les considera frases que contienen algún grado de verdad y son interpretables de acuerdo con un modelo formal.
Dentro de las características de una proposición, las más destacadas son:
La función de la premisa es permitir que se pueda deducir algo para que un argumento pueda llegar a una conclusión efectiva. Es así que terminan afirmando o negando si algo es cierto o no.
La premisa puede dividirse según su lugar en la estructura del argumento y según su valor de verdad:
Para identificar una premisa, es necesario observar las palabras que dan inicio a la misma, en particular para poder diferenciarla de una conclusión. Dentro de las palabras clave que indican que una frase se trata de una premisa, se encuentran:
La importancia de las premisas reside en que sin ellas un argumento no llegaría a la conclusión. A través de la relación que establece entre dos enunciados válidos, se puede comprobar la veracidad o falsedad de un argumento.
A continuación se encuentran algunos ejemplos de silogismos, en que las premisas constituyen las dos primeras líneas y la conclusión es la última frase:
Si cae lluvia, se moja la calle
Llueve hoy
Por lo tanto, se moja la calle
Todas las mujeres son femeninas.
María es una mujer
María es femenina.
Todos los mamíferos amamantan a sus crías
Los ornitorrincos son mamíferos
Los ornitorrincos amamantan a sus crías
Si Gina come sano todos los días refuerza su estado de salud
Gina come sano diariamente
El estado de salud de Gina está reforzado
Los seres vivientes llevan implícita la capacidad para la reproducción
La ranita de San Antonio es un ser viviente
Es así que la ranita de San Antonio lleva implícita la capacidad para la reproducción
Las autoridades hacen sólo lo que la ley les permite
Los ciudadanos sólo tienen prohibido hacer todo lo que la ley plantea
Las autoridades no están en posibilidad de hacer cuanto quieren, y los ciudadanos pueden hacer cuanto quieran menos lo que la ley indica que no deben hacer.
Calderón, Grecia. (2019). Premisa. Recuperado el 24 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/premisa/