El ejercicio aeróbico y el ejercicio de resistencia son dos modalidades de ejercicio comúnmente elegidas en el acondicionamiento físico. Cada modalidad tiene sus ventajas únicas y juntas actúan aún mejor. El ejercicio aeróbico es eficaz para mejorar la capacidad cardiorrespiratoria y para promover el gasto de energía y la utilización de la grasa. El ejercicio de resistencia puede servir como un potente estímulo para el sistema musculoesquelético necesario para lograr ganancias en el tamaño muscular, la fuerza, la resistencia y la potencia. Se recomienda que una rutina de entrenamiento integral combine el ejercicio aeróbico y el ejercicio de resistencia porque las mejoras permiten a las personas no solo reducir los riesgos para la salud y los síntomas asociados con la inactividad física, sino también realizar actividades de la vida diaria de manera cómoda y segura.
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La resistencia aeróbica es la capacidad que tiene el metabolismo para poder soportar la fatiga por medio de la obtención de células musculares que permiten realizar esfuerzos físicos importantes.
La resistencia aeróbica es la cualidad que nos permite poder soportar o aplazar la fatiga permitiendo con ello el poder realizar un trabajo sin disminuir el rendimiento. La resistencia es la capacidad que tiene el organismo de poder realizar esfuerzos que impliquen un mayor tiempo y que tengan diferentes intensidades en periodos de tiempo. Este tipo de resistencia puede ser obtenido por medio del metabolismo aeróbico que realizan las células de los músculos por medio de la combustión, en otras palabras, por medio de reacciones químicas que se hacen en presencia de oxígeno.
Las principales características que pueden ser observadas en la resistencia aeróbica son las siguientes:
Existen dos diferentes tipos de resistencia aeróbica:
Los beneficios que se pueden obtener cuando se realizan ejercicios de resistencia aeróbica son de dos tipos:
Una de las mejores formas en las que la resistencia aeróbica se puede mejorar es añadiendo a las rutinas diarias de ejercicios algún tipo de actividad cardiovascular. Una de las mejores opciones es realizar intervalos de alta intensidad con los cuales se lleva al organismo al tope durante pocos segundos con el objetivo de lograr aumentar las pulsaciones para luego volver a un estado normal y seguir con el entrenamiento.
La diferencia radica en que en los ejercicios aeróbicos se practican ejercicios de media o de baja intensidad y que además tienen una larga duración para lograr quemar hidratos y grasas y así lograr obtener energía por medio del oxígeno. Los ejercicios anaeróbicos son ejercicios de alta intensidad que duran poco tiempo, en donde el oxígeno no es tan necesario porque la energía que se obtiene proviene de fuentes inmediatas que no necesitan ser oxidadas mediante el oxígeno.
La principal importancia de la resistencia aeróbica la vemos en el corazón, pues aumenta considerable el buen funcionamiento de este importante órgano, además ayuda al buen funcionamiento de los pulmones y del sistema circulatorio mejorando el aporte de oxígeno y de nutrientes al resto del organismo para la adecuada producción de energía. Permite además realizar las actividades diarias con mayor energía, reduce riesgos de padecer hipertensión arterial y elimina el exceso de grasa del organismo evitando con esto la aparición de una posible enfermedad cardiovascular.
Algunos ejemplos de actividades de resistencia aeróbica que se pueden realizar son los siguientes:
Briceño V., Gabriela. (2019). Resistencia aeróbica. Recuperado el 24 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/resistencia-aerobica/