Dentro de la Iglesia católica, han existido a lo largo del tiempo muchas personas importantes, entre ellas sacerdotes que han hecho una obra de suma importancia. Entre ellos podemos mencionar a San Ignacio de Loyola, un cura de nacionalidad española que brilló entre muchos por su gran religiosidad y fidelidad hacia su iglesia. Un hombre que en sus inicios se dedicó a vida militar para luego, dar un cambio espiritual, demostrando entonces el gran amor que tenía para con el prójimo.
San Ignacio de Loyola fue un reconocido sacerdote que fundó la Compañía de Jesús, una orden mejor conocida con el nombre de Los Jesuitas, quienes tenían como objetivo principal el poder ayudar y mejorar la vida del prójimo por medio de la acción evangélica de quienes la integraban.
Ignacio de Loyola fue un sacerdote que nació en el pueblo de Azpeitia, un 24 de octubre de 1491. Hijo de una familia militar, su padre Beltrán Yáñez de Oñaz y Loyola quien trabajó como VIII en la Casa de Loyola y su madre, María Sáez de Licona, quien descendía de una importante familia. Se desempeñó primeramente como soldado y dedicaba su vida a la lucha. Luego de la muerte de su madre, fue enviado a Castilla para que recibiera educación.
Trabajó un tiempo para el duque de Nájera en donde mostró siempre su respeto hacia la libertad y su buen juicio. Al cumplir 30 años, asistió a un combate para defender el castillo de la ciudad de Pamplona, en este lugar, fue herido gravemente en una de sus piernas por lo que tuvo que ser hospitalizado.
Durante este tiempo, se dedicó a leer, principalmente textos religiosos y fue aquí donde su transformación espiritual empezó a suceder. El 25 de marzo del año 1522, estando frente a la Virgen del Monasterio de Montserrat, decidió abandonar la vida militar. Realizó también varios estudios de teología y de literatura en París y fue en este lugar donde fundó la Compañía de Jesús. Un 31 de julio de 1556, murió de forma sorpresiva en la ciudad de Roma. Sus restos se encuentran en la iglesia de Gesú, en el mismo lugar.
San Ignacio de Loyola fue el fundador de la Compañía de Jesús o Jesuitas, quienes eran un grupo misionero de la iglesia católica, de hecho, uno de los más importantes que han existido a la fecha. Esta orden fue aprobada para trabajar por el Papa Pablo III, un 27 de setiembre del año 1540.
Sus milagros se basan principalmente en las acciones, en las decisiones y en los planes que elaboró para poder de esta manera llevar las noticias de amor y buenas nuevas de Dios.
Su pensamiento siempre se basó en los valores supremos. Para él, la riqueza y el dinero forman parte de los valores pero tenían el mismo significado que la honradez, dándole a éste último un valor más alto. Tenía muy en cuenta los dinamismos del hombre, pensaba que la salud, el honor y la larga vida ayudaban al hombre a satisfacer y a perfeccionar la vida humana. También pensaba que el hombre no era automatizado sino que por el contrario, era autodeterminado y que todos los estímulos que le afectaban no determinaban la respuesta.
Entre sus aportes se mencionan los siguientes:
Estos ejercicios son una serie de oraciones y de ejercicios para la mente que fueron diseñados por San Ignacio de Loyola para poder ser realizados en un periodo aproximado de 30 o 28 días. Su fin es el de poder mejorar y aumentar la fe católica. Son una manera en la que el hombre puede hacer un examen de conciencia, razonar, meditar y disponer el alma para así poder eliminar todo aquello que lo aleje de la voluntad divina.
Entre los ejercicios se puede encontrar diferentes tipos de temas que incluyen la naturaleza del mundo, la psicología del hombre y la relación con Dios. También, poseen una serie de reglas a seguir mientras se realizan como lo son el guardar silencio, la forma de vestir, los alimentos que se comerán mientras se hagan y los descansos.
San Ignacio de Loyola fue beatificado el 27 de julio del año 1609 y posteriormente fue canonizado por medio del Papa Gregorio XV.
Sus obras se basaban principalmente en la vida religiosa, en la espiritualidad y en la fe. Algunas de ellas fueron las siguientes:
Algunas frases importantes mencionadas por San Ignacio de Loyola son las siguientes:
El día que se eligió para conmemorar a este santo fue el 31 de julio de cada año.
La oración que rezan los fieles a San Ignacio de Loyola es la siguiente:
Oh, Glorioso Patriarca, San Ignacio de Loyola, te rogamos humildemente que nos consigas de Dios, por encima de todas las cosas, la libertad del pecado, el mayor de los males. Que tu ejemplo inflame nuestros corazones con una eficaz gloria a Dios y al bien del prójimo; y obtenga del amoroso Corazón de Jesús, nuestro Señor, la corona de todas las demás gracias, el don de la perseverancia final y la eterna bienaventuranza. Amén.
Tomad, oh, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me llegaste a dar, a ti, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén. (oración de entrega).
San Ignacio de Loyola fue un hombre importante dentro de la iglesia católica no solo por su esfuerzo y entrega, sino por sus enseñanzas, las cuales incluso se practican en muchos lugares con el objetivo de poder acerarse más a Dios. Además, fue el fundador de una de las más importantes órdenes de misioneros que ayudaron a los pobres y necesitados, transmitiendo su legado por generaciones.
Briceño V., Gabriela. (2020). San Ignacio de Loyola. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/san-ignacio-de-loyola/