San Juan de la Cruz, un carmelita de origen español es considerado en la actualidad como uno de los escritores místicos más reconocidos dentro de la religión y tradición católica que jugó además un papel de suma importancia dentro de la reforma carmelita que se dio durante el siglo XVI.
Información personal
San Juan de la Cruz fue un importate y reconocido poeta y religioso de nacionalidad española que formó parte del renacimiento en su país y que además reformó la Orden de Nuestra Señora del Carmelo y Fundo la Orden de los Carmelitas Descalzos.
San Juan de la Cruz nació en el año 1542 en un lugar llamado Fontiveros, un pequeño pueblo ubicado en Ávila. Sus padres fueron Gonzalo de Yepes y Catalina Álvarez, quienes trabajaban como tejedores pues en su pueblo se daba mucho la economía agrícola y ganadera, además de la producción de telares. Quedó huérfano de padre a una corta edad por lo que su madre fue quien decidió trasladarse a vivir a Arévalo, en vista de que no contaba con ningún tipo de ayuda de sus familiares.
Su infancia y su etapa de adolescencia se caracterizaron por la necesidad y por la pobreza, prácticamente vivió en miseria. Asistió al Colegio de los Niños de la Doctrina y empezó también a ayudar con los oficios del convento y a pedir limosna. Fue en este centro educativo donde adquirió su formación de enseñanza primaria saliendo así del analfabetismo. Trabajó un tiempo en el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción de Median en donde se especializó en el tratamiento y cura de enfermedades venéreas.
Cuando cumplió los 21 años, San Juan de la Cruz decidió ingresar a la orden de los Carmelitas de Medina y cambió su nombre a Fray Juan de Santo María. Tomó cursos en la Universidad Salamantina y se graduó como bachiller en artes. En 1567 finalmente se ordena como sacerdote. Tiempo después se une a Santa Teresa de Jesús a quien le ofrece su apoyo y en agosto del año 1568, funda con ella una fundación para mujeres localizada en Valladolid.
En 1577 es apresado y llevado al convento de frailes carmelitas localizado en Toledo en donde comparece ante los frailes quienes le exigen se retracte de la Reforma Teresina a la que apoyaba, sin embargo, se niega y por esa razón es acusado de rebeldía. Fue encerrado en una celda por ocho meses, tiempo en el que sufrió un total abandono, presión psicológica, desamparo y angustia, este hecho, en lugar de enloquecerlo le dio fuerzas para crear así su palabra poética. Finalmente logra fugarse de su encierro y huir hacia el convento de las Carmelitas Descalzas quienes lo llevan al hospital para su recuperación.
En el año 1590, todos sus cargos le fueron destituidos y pasó a ser un civil más de la comunidad. Decidió iniciar un viaje a Segovia en donde se enferma al llegar al convento de La Peñuela por lo que se trasladó a Úbeda donde falleció en el año 1591. San Juan de la Cruz enfermó de erisipela en su pierna derecha que le provocó una septicemia. Fue atendido para tratar su enfermedad sin embargo, los esfuerzos fueron en vano pues él ya se encontraba muy débil y enfermo.
Entre sus milagros se hace mención el que hizo a una mujer que le tentó de forma descarada, él, en lugar de ceder a sus deseos, utilizó una serie de palabras tiernas para que ella pudiera comprender su pecado y se alejara de él de inmediato.
La doctrina y pensamiento de San Juan de la Cruz se basa principalmente en el amor del sufrimiento y el entregar el alma por completo a Dios. Incluía también ser bueno, amable y generoso con los demás, aunque era también duro consigo mismo. No tenía odio ante la cosas naturales pues para él todo era hermoso y provenía de Dios. Su forma de pensar se dirigía a la plenitud del amor divino y a la unión que podía haber entre el alma y Dios.
Su principal aporte se da en el campo de la poesía pues fue él quien logró establecer un punto de encuentro en la tradición literaria introduciendo formas literarias de diferente origen. La inclusión de la poesía culta italiana y la poesía popular estuvieron impulsados por él así como el Renacimiento español. Fue una figura de suma importancia para el cántico espiritual gracias a su fundamento en la Biblia, la cual usó como un molde para establecer su estilo literario.
Su proceso de canonización tuvo inicio en el año 1627 y finalizó en el año 1630. Los encargados de beatificarlo fueron Clemente X y la canonización estuvo en manos de Benedicto XIII en el año 1726. Desde este momento, parte de sus restos fueron trasladados hacia el mausoleo hecho para él en la capilla del segoviano del Convento de los Carmelitas Descalzos en el valle de Eresma.
Entre sus obras más reconocidas se mencionan las siguientes:
Algunas de sus frases más reconocidas se mencionan a continuación:
El día en el que se conmemora a San Juan de la Cruz es el 14 de diciembre, un hombre que fue proclamado como el Doctor de la Iglesia en el año 1926 por sus obras, por su santidad y por su enorme sabiduría.
Son varias oraciones las que hizo San Juan de la Cruz que se mantienen en la actualidad, algunos extractos de éstas son:
Aparte de su gran labor de amor al prójimo, San Juan de la Cruz fue un escritor muy importante que dejó un legado relevante por medio de sus historias y vivencias religiosas. Logó planear y comunicar inquietudes, asumió corrientes espirituales, estéticas y literarias que se vivían en esa época y logró utilizar al extremo los recursos del lenguaje poético.
Briceño V., Gabriela. (2020). San Juan de la Cruz. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/san-juan-de-la-cruz/