Santo Domingo de Guzmán fue un hombre religioso muy conocido en España por haber sido el fundador de la orden de los predicadores, la cual también fue llamada la orden dominicana o dominica. Una persona que se rehusó a participar de una cruzada guerrera iniciada por el papa y al contrario, insistió profundamente en predicar de forma pacífica entre el pueblo de los albigenses. Grandes fueron sus obras en búsqueda de la paz y por esta razón, es considerado como un santo.
Santo Domingo de Guzmán fue un santo en la Iglesia Católica, fundador de la Orden de los Dominicos. Una persona llena de Dios a quien la Virgen María decidió elegir para entregarle el Santo Rosario, le enseñó además a rezarlo y le encomendó propagar la devoción en el mundo.
Nació un 8 de agosto del año 1170 en Caleruega, una ciudad de España. Fue el menor de tres hermanos. De niño, estudió arte, filosofía y también teología. Logró ordenarse como sacerdote cuando tenía tan solo 24 años de edad. En el año 1206 pudo fundar el monasterio para personas conversas de origen albigense de Prouille. Se rehusó a participar de la cruzada en contra de los albigenses la cual había sido organizada por el papa Inocencio III y por el contrario, insistió en su idea de que la predicación era la única forma para poder acabar con todas las herejías.
Participó del III Concilio de Letrán para poder obtener la confirmación por parte del papa para su fundación, la cual le fue otorgada finalmente en el año 1216, al mismo tiempo logró que le brindaran los títulos de predicadores los cuales distribuyó entre los que integraban la orden para que ellos fueran a diferentes ciudades a continuar la obra de predicación y conversión.
Duró varios años logrando estructurar adecuada y efectivamente toda su Orden de manera que al finalizar, estaba presente en 60 diferentes comunidades. Cansado físicamente de todo el trabajo que había logrado realizar, enfermó en el año 1221 y murió un 6 de agosto del mismo año cuando tenía 51 años de edad. Su lugar de fallecimiento se registra en el convento de Bolonia, lugar en donde también sus restos aún continúan sepultados.
Son los milagros que se cuentan de Santo Domingo de Guzmán. Además de todas sus buenas obras que incluían darle vestido y alimento a las personas pobres, muchos hechos impresionantes son nombrados en su nombre. Según la historia, uno de sus principales milagros fue el de liberar a veintiséis personas que estaban endemoniadas, sanó también a doce enfermos graves, le devolvió la vista a personas ciegas e incluso ayudó a algunos presos para que fueran liberados.
Santo Domingo de Guzmán tuvo una gran amistad con el Papa Gregorio IX quien fue la persona que lo canonizó en el año 1234.
Se considera como el patrono del rosario de la Virgen María.
Fundó la Orden de los Predicadores la cual también era conocida con el nombre de la Orden Dominicana. Esta orden era mendicante de la Iglesia Católica y fue confirmada por el papa Honorio III un 22 de diciembre del año 1216. Fue una orden que se especializó en la enseñanza y el estudio de la teología y de la doctrina. Logró alcanzar altos números de miembros sobre todo cuando se dio la expansión del catolicismo en América, África y en Asia.
Hasta la fecha no existen registros de obras que hayan sido escritas por Santo Domingo de Guzmán. Muchos consideran que su principal obra fue la de predicar el evangelio y la palabra de Dios para intentar eliminar la herejía.
Algunas de sus frases más importantes fueron las siguientes:
La memoria del Santo, quien se encargó de predicar la palabra de Dios en muchos países llenos de herejía y que además vivió voluntariamente en la pobreza se celebra todos los 8 de agosto.
La oración que se reza a Santo Domingo de Guzmán para vivir una vida de paz y santidad es la siguiente:
Padre Domingo, Santo de Dios, hombre evangélico de oración y apostolado.
Ayúdame a seguir a Cristo contigo desde el camino de la pobreza y de la fraternidad.
Enséñame a vivir el Evangelio íntegro para ser testigo de otra verdad y otra esperanza.
Que tu vida me estimule,
que mi entrega ilumine mi oración y mi estudio para que, como tú,
sienta la urgencia de transmitir a los demás lo que contemplo y lo que vivo en Dios.
Quiero aprender de ti a ser:
dócil al Espíritu,
confiado en la providencia del Padre del cielo,
constante en la oración,
convincente por mi estilo de vida,
generoso para servir,
valiente para emprender,
en la alegría agradecido,
en el dolor esperanzado,
en el cansancio fuerte,
en el convivir sincero.
Padre Domingo, hombre de Dios,
ayúdame a vivir la medida del amor,
ayúdame a dar la respuesta viva
a la incesante llamada de Jesús.
Amén.
Fue un hombre de mucha importancia porque siempre tuvo en mente la predicación de la palabra en lugar de la guerra, la contienda y la muerte. Su decisión de dividir su orden para que predicaran la palabra de Dios en otros lugares fue también muy importante pues con ello logró hacer que la predica fuera mucho más eficaz.
Briceño V., Gabriela. (2020). Santo Domingo de Guzmán. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/santo-domingo-de-guzman/