El Sistema Solar posee ocho planetas, cinco mini-planetas (enanos), cometas y asteroides. A los cuerpos sólidos celestes que giran a su alrededor se les denomina satélites naturales, pues no son creados por el hombre. El satélite natural de la Tierra es la Luna, pero existen otros cuerpos celestes a los que se le ha dado nombre propio. Los hay de diferentes tamaños y formas, son sólidos y no tienen atmósfera. Generalmente, se mueven entorno a cuerpos de mayor tamaño que ellos. Entre sus funciones está la estabilización de la órbita de los planetas, para no modificar su dirección.
Un satélite natural es un cuerpo celeste sólido que no posee atmósfera y gira alrededor de planetas, cometas y asteroides de mayor dimensión que ellos. Son atraídos de forma gravitacional. Aún no hay certeza sobre cuál es su composición, se piensa que algunos están hechos de hielo y rocas. Se sabe que la Luna de la Tierra se compone de potasio, helio, sodio y argón. Su forma y dimensión varía. Actualmente se conocen 146 satélites naturales.
La formación u origen de los satélites naturales no es concluyente. Sin embargo, hay varias teorías al respecto.
No hay datos completamente certeros sobre la composición de los satélites naturales. Científicos creen que gran parte contienen hielo y rocas. Muestras recogidas en la Luna de la Tierra determinaron que se compone de Sodio, Helio, Potasio y Argón. Internamente está estructurada de forma similar a la Tierra y externamente es rocosa.
No todos los satélites naturales tienen la apariencia de nuestra Luna, es decir con forma esférica. Los hay de aspecto irregular, elípticos, redondos e incluso achatados. Sus dimensiones también varían notablemente. El más grande descubierto es el Ganímedes, que posee 5.262 Km y es uno de los 50 satélites naturales que tiene Júpiter. La luna terrestre tiene 3.474 Km y el quinto de mayor tamaño del sistema solar. El más pequeño es Fobos, una de las dos lunas de Marte (Deimos es la otra), que apenas alcanza un radio de 11 milímetros.
Los satélites naturales se clasifican en dos tipos según cómo orbitan. Los periodos que tardan en hacerlo son variables. Por ejemplo, a la Luna terrícola le toma 27 días hacer una vuelta completa y la Ganímedes de Júpiter lo hace en casi 7 días. Los tipos son:
Básicamente, un satélite natural cumple la función de “contrapeso” o estabilizador direccional con el planeta que acompaña. Su presencia llena de fuerza gravitacional e inercia, logran que se mantenga siempre una misma dirección. Por ejemplo, gracia a la Luna, la Tierra no es atraída hacia el Sol (lo haría que se quemara) o que se aleje (lo que nos congelaría). El efecto de las mareas es otro ejemplo de la importante función o acción de la Luna terrestre. Mercurio y Venus no cuentan con satélites naturales.
La Luna es el único satélite natural que posee la Tierra. Tiene 3.474 Km y es el más grande si se compara con el planeta primitivo, pero en cuanto a su superficie es el quinto de mayor tamaño, por debajo de Ganímedes (Júpiter, 5.262 Km), Titán (Saturno, 5.150 Km), Calisto (Júpiter, 4.820 Km) y Ío (Júpiter, 3.643 Km). Tiene una enorme e importante influencia. Aunque no tiene las condiciones para la vida humana, su fuerza gravitacional genera el tiempo de luz suficiente para que se genere la fotosíntesis, se den las estaciones, las mareas y tengamos una atmósfera adecuada para respirar. Además, su belleza y forma ha inspirado a artistas, cultores y brinda una guía a los agricultores.
Posee dos lunas, Deimos y Fobos. Ambas son pequeñas, Fobos es la más chica del Sistema Solar hasta ahora descubierta, de unos 11 kilómetros de radio. Los científicos las hallaron en el siglo XIX. Se estima que no se generaron con el planeta rojo, sino que se vieron atraídas por su fuerza de gravedad. Ambas orbitan muy cerca de Marte, especialmente Fobos (hasta menos de 3 mil Km) por lo que pronostican que algún día termine por estrellarse contra el planeta.
Saturno es el planeta que más cantidad de satélites naturales tiene. Nombrados hay 53, pero calculan que posee 82. Sus lunas son Encélado, Mimas, Tetis, Rea, Dione,Titán, Jápeto, Hiperión, Erriapo, Jano, Febe, Epimeteo, Telesto, Helena, Calipso, Atlas, Kiviuq, Prometeo, Pan, Pandora, Ymir, Tarvos, Paaliaq, Ijiraq, Suttungr, Albiorix, Mundilfari, Skadi, Thrymr, Siarnaq, Narvi, Palene, Metone, Pollux, Aegir, Dafne, Bebhionn, Bestla, Bergelmir, Farbauti, Fornjot, Fenrir, Hati, Kari, Hyrokkin, Loge, Surtur, Skoll, Greip, Tarqeq, Jarnsaxa, Egeón y Antea. Se destaca Titán, porque tiene una atmósfera y es la segunda de mayor dimensión del sistema solar.
También son múltiples los satélites naturales de Júpiter. Se contabilizan unos 79. Los 50 más conocidos son: Ío, Ganímedes, Kore, Europa, Amaltea, Elara, Himalia, Pasífae, Lisitea, Sinope, Carme, Ananké, Tebe, Leda, Adrastea, Calírroe, Metis, Temisto, Táigete, Megaclite, Caldona, Cálice, Harpálice,Yocasta, Isonoé, Erínome, Praxídice, Tione, Autónoe, Hermipé, Eurídome, Aitné, Euante, Ortosia, Euporia, Espondé, Pasítea, Calé, Hegémone, Aedea, Mnemea, Telxínoe, Kallichore, Arce, Heliké, Eukélade, Cilene, Carpo, Herse y Calisto. Destacan sus cuatro lunas más grandes descubiertas por Galileo (Ío, Europa, Ganímedes y Calisto).
Urano posee 27 lunas y ninguno cuenta con atmósfera. Estas son: Ofelia, Bianca, Cordelia, Crésida, Julieta, Desdémona, Porcia, Mab, Rosalinda, Belinda, Puck, Perdita, Cupido, Francisco, Miranda, Ariel, Titania, Umbriel, Oberón, Stefano, Calibán, Sicorax, Trínculo, Ferdinando, Margarita, Próspero y Setebos. El satélite más destacado es Miranda, por su impresionante exterior resquebrajado y que parece haber sufrido múltiples impactos.
Neptuno cuenta con 13 satélites naturales: Nereida, Náyade, Tritón, Talasa, Despina, Larisa, Galatea, Proteo, Psámate, Halimede, Sao, Neso y Laomedeia. El más destacado es Tritón, por su hermosa forma esférica en comparación al resto de sus compañeros. También surgen datos increíbles sobre lo frío del lugar, pues se estima que posee temperaturas que llegan a los -236 grados.
Platón posee cinco lunas: Nix, Cerbero, Estigia, Hydra y Caronte. La última es la más destacada, pues es casi del mismo tamaño que su planeta padre, por lo que algunos no le consideran un satélite sino un “sistema binario”. Plutón y Caronte orbitan sincronizadamente.
Como su nombre lo indica, la diferencia más notable entre los satélites naturales y artificiales, es que éstos últimos son creados en la Tierra por los hombres y los primeros surgieron naturalmente por diversos procesos del Sistema Solar. Es por ello que la trayectoria de los artificiales puede modificarse y la de los naturales no. Hay una gran cantidad de satélites artificiales que rodean la Tierra y otros planetas. Estos pueden tipificarse según su función o la misión que cumplen:
Castro Del Valle, Laura Isabel. (2020). Satélite natural. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/satelite-natural/