Uno de los dioses que pertenecieron a la inmensa cultura egipcia fue Seth, el dios de la guerra, de las tormentas y del caos. Era hermano de Osiris, de Isis y de Horus el viejo. Fue tío de Horus el joven y además, hermano y esposo de Neftis. Era visto en su cultura como un dios que propiciaba el desorden y la confusión.
Seth, también conocido como Suetekh, era el dios egipcio de la guerra, uno de los cinco principales dioses que fueron creados por medio de la unión de Geb y de Nut luego de que el mundo fuera creado. Un dios asociado con el desorden y las tierras.
Sus epítetos incluían los nombres de «Señor del desierto» y «Gobernante del sur«, ya que originalmente era un dios que pertenecía al Alto Egipto. Durante el periodo dinástico temprano de Egipto se caracterizaba por ser un benévolo dios del Alto Egipto y nombre se invocaba para realizar hechizos de amor y amuletos. También fue la deidad que salvó al dios del sol Ra de Apofis, una criatura maligna que pretendía detener el viaje del dios del sol por el cielo nocturno.
En ese tiempo era un benefactor que ayudaba al pueblo en vida y que luego lo mantenía después de la muerte. Sin embargo, durante la época del Reino Nuevo se caracterizó por ser el primer asesino, que mató a su hermano mayor Osiris para reinar sobre el mundo y que luego intentó asesinar al hijo de Osiris, Horus.
Seth era considerado como el dios de la fuerza, del desorden, de todo aquello que no podía ser incontenible. Era el dios del caos, del desierto y al mismo tiempo de la sequía. Era también un dios dual, pues la inicio fue un dios protector pero con el paso del tiempo se convirtió en un dios destructor. Era el señor de las tinieblas y del mal, de la violencia, la guerra y de la maldad.
Seth tenía el poder de originar el caos en toda la región, de generar violencia y de producir amenazas en contra de la armonía de la nación, sin embargo, no siempre fue así, pues en sus inicios, tenía el poder benefactor de ayudar a los demás y de dar protección. Era un dios que tenía el poder de darle autoridad a los faraones
Según el mito de Seth, Osiris fue el primogénito de los dioses y fue gobernante del mundo, en otras palabras de la tierra de Egipto. Osiris consideró que el pueblo recién creado era bárbaro e incivilizado, y por eso les enseñó cultura, agricultura, leyes y les mostró como adorar a los dioses. En ese tiempo, el mundo era un paraíso en donde hombres y mujeres eran iguales, la comida era abundante y nadie sufría.
Ante esta situación, Seth se puso celoso y resentido. Su resentimiento aumentó cuando su esposa Neftis se disfrazó de Isis y sedujo al rey, quedando embarazada del dios Anubis. Seth se decidió a eliminar a su hermano y mandó crear un ataúd, hecho a la medida exacta de Osiris. Organizó una gran fiesta e invitó a Osiris, y tras el banquete dijo que tenía una sorpresa especial. Reveló el cofre y dijo que quien alcanzara en su interior podría llevárselo a casa. Todos entraron a medir el cofre pero ninguno alcanzó hasta que llegó el turno de Osiris. Se acostó en el ataúd y descubrió que le quedaba perfecto. Entonces Seth cerró de golpe la tapa y arrojó el ataúd al río Nilo.
El ataúd con el cuerpo flotó por el Nilo y se adentró en el mar, llegando a las costas de Biblos, en Fenicia, donde se alojó en un árbol de tamarisco. Osiris se perdió para el pueblo de Egipto. Tiempo después, el rey y la reina de Biblos se percataron de la belleza del árbol y de su dulce aroma y lo hicieron cortar y llevar a su corte como pilar central.
En Egipto, Seth ocupó el trono, y el armonioso equilibrio que habían mantenido Osiris e Isis se perdió. Seth fue un monarca caótico e imprevisible que trajo tormentas y sequías y enfrentamiento entre el pueblo para sobrevivir. Tiempo después Isis fue a buscar su esposo y llegó a Biblos en donde empezó a trabajar como la niñera de los hijos de los reyes. Ella se encariñó con el hijo menor de los mismos e intentó darle poderes, cuando la reina la descubrió se asustó y le prometió darle todo si los perdonaba, Isis le pidió entonces un pilar del tamarisco, el cual los reyes le entregaron.
Logró liberar a Osiris del árbol y se lo llevó para Egipto nuevamente en un intento por resucitarlo. Lo escondió en los pantanos del Delta del Nilo y le pidió a su hermana Neftis que lo cuidara mientras ella buscaba algunas hierbas. Sin embargo, Seth se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y decidió ir a buscarlos, cuando encontró a Seth, cortó su cuerpo en pedazos y lo esparció por Egipto. Cuando Isis regresó se dio cuenta de la situación y junto a su hermana salió por todo Egipto para unir nuevamente las piezas.
Finalmente pudo unir a Osiris nuevamente, pero éste estaba incompleto, le devolvió la vida pero él ya no podía gobernar por lo que tuvo que descender al inframundo. Osiris se convirtió entonces en el Señor de los Muertos y el juez de las almas.
A veces se le representa como una bestia pelirroja con cola bifurcada y pezuñas hendidas o como una bestia de color rojo parecida a un perro conocido como sha. Esta figura de perro era similar a la raza galgo, tenía sus orejas largas y cortadas, un hocico pronunciado hacia arriba y su rabo también era largo. Además, sostenía un báculo en su mano hecho de oro en una de sus manos y en la otra un staff, su cuerpo era delgado y tenía además varios mechones en forma de flecha invertida.
Sus principales templos era el de Ombos, ubicado cerca de la ciudad de Nagada y Ombos, cerca de Kom Ombo en el Alto Egipto. Las grandes ciudades metropolitanas le rendían también culto, especialmente las ubicadas en Sepermeru. Aquí se ubica el recinto del templo de Seth el cual tenía un santuario conocido como “La casa de Set, Poderoso es su fuerte brazo”.
Sus símbolos eran el hipopótamo, la tortuga, el cocodrilo y el grifo aunque también se relacionaba de forma importante con la serpiente.
La verdadera importancia de Seth es un poco complicada de entender pues fue un dios que solamente provocó al caos en un pueblo que amaba el orden, sin embargo, era un dios muy fuerte, inteligente y viril, rasgos que para los egipcios eran de suma importancia y esto fue lo que le dio su importancia en Egipto.
Briceño V., Gabriela. (2021). Seth. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/seth/