La idea de la tecnocracia se remonta a la era de la Gran Depresión, pero nunca se ha implementado en el gobierno de ninguna manera universalmente reconocible. Sin embargo, han habido algunos intentos notables de establecer la tecnocracia como un movimiento político aceptado, y hay razones para creer que podría ganar nuevos adeptos en el siglo XXI.
Temas relacionados
Una tecnocracia se puede definir como un sistema o tipo de gobierno que es dirigido principalmente por técnicos que se especializan en un área determinada de conocimiento y que tiene una función pública para ejecutar las políticas que trasciendan la ideología.
La tecnocracia es una ideología que modela al gobierno de tal manera que enfatiza una serie de habilidades técnicas y la eficiencia. Básicamente, la tecnocracia es pragmática antes de ser populista. Idealmente, el liderazgo tecnocrático se asigna por mérito, en lugar de ser asignado por medio de influencias o herencias. Naturalmente, no es propicia para los políticos de carrera, sino que favorece a los líderes del gobierno que se especializan en otros oficios e industrias relevantes que la política y el gobierno.
Podemos decir entonces que la tecnocracia es un posicionamiento ideológico, científico y racional que puede ser aplicada a diferentes campos como por ejemplo al sistema de gobierno, economía y política.
Como significado literal la palabra tecnocracia quiere decir el “gobierno de los técnicos” y procede semánticamente de las palabras griegas tékhnē que tiene como significado arte o técnica y krátos que quiere decir poder, dominio y gobierno.
Las principales características de la tecnocracia son las siguientes:
El concepto de tecnocracia se desarrolló en los Estados Unidos a principios del siglo XX como una expresión por parte del movimiento progresista y se convirtió en un tema de considerable interés público en la década de 1930 durante la Gran Depresión. Los orígenes del movimiento tecnocrático se remontan a la introducción por parte de Frederick W. Taylor del concepto de gestión científica. Muchos escritores como Henry L. Gannt, Thorstein Veblen y Howard Scott sugirieron que los hombres de negocios eran incapaces de reformar sus industrias en aras del interés público y que, por lo tanto, el control de la industria debería otorgarse a los ingenieros.
En 1932 se organizó en Nueva York un Comité sobre Tecnocracia el cual fue dirigido por Walter Rautenstrauch y dominado por Scott, quien proclamó la invalidación, por abundancia producida tecnológicamente, de los conceptos económicos basados en la escasez; predijo el seguro colapso del sistema de precios y su reemplazo por una tecnocracia generosa.
Estas calificaciones fueron desacreditadas en la prensa, algunos de los datos del grupo fueron cuestionados y hubo desacuerdos entre los miembros con respecto a la política social. El comité se separó en un año y fue sucedido por el Comité Continental de Tecnocracia, que al final desapareció en 1936.
Las organizaciones tecnocráticas surgieron en los Estados Unidos y el oeste de Canadá, pero el movimiento se vio debilitado por su incapacidad de desarrollar programas políticamente viables para el cambio. También hubo temores de una ingeniería social autoritaria. La organización de Scott declinó después de 1940, pero aún sobrevivió a fines del siglo XX.
Las principales ventajas de la tecnocracia son las siguientes:
Entre las principales desventajas que existe, podemos mencionar las siguientes:
Algunos ejemplos de tecnocracia son los siguientes:
Briceño V., Gabriela. (2018). Tecnocracia. Recuperado el 24 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/tecnocracia/