Arte

Templo de Artemisa en Éfeso

Uno de los pueblos antiguos de mayor relevancia fue Éfeso, un pueblo fundado por la tribu de las amazonas, quienes eran las mejores guerreras de la época. Fue un pueblo que estuvo habitado hasta el final de la Edad de Bronce y luego se reubicó debido a una serie de inundaciones y caprichos gubernamentales. La ciudad se caracterizó por muchas estructuras arquitectónicas importantes, una de ellas, el Templo de Artemisa en Éfeso, el cual forma además, parte de las siete maravillas del mundo antiguo, monumentos que tenían un lugar importantísimo debido a su magnificencia, suntuosidad y belleza.

¿Qué fue el Templo de Artemisa en Éfeso?

El Templo de Artemisa en Éfeso fue un lugar construido para brindarle devoción a la diosa de la tierra, la diosa Artemisa, la cual era además, la diosa de todos los elementos que existían en la naturaleza. Fue un templo helenístico construido en el siglo III a.C. cerca de Éfeso.

Características del Templo de Artemisa en Éfeso

El Templo de Artemisa en Éfeso se caracterizó principalmente por su increíble construcción en mármol. Tenía además dimensiones bastante grandes y contaba con un total de 127 columnas que tenían un orden jónico, las cuales además medían aproximadamente unos 13 metros de alto. Entre las columnas se podía encontrar la estatua dedicada a la diosa Artemisa y eran además decoradas con diferentes tipos de relieves.

En el templo de la diosa era también común encontrar varios tipos de regalos que eran llevados por quienes le adoraban, incluyendo joyas y objetos de gran valor. En la parte frontal del templo, se encontraba también un jardín imponente. Fue construido en suelo blando pero con cimientos muy sólidos. Medía aproximadamente 105 metros por 55 metros y tenía una relación entre la longitud y el ancho de un tercio de su total. En sus columnas se podía encontrar una serie de decoraciones que se basaban en la mitología griega y en la vida tradicional del pueblo.

Arquitectura

Para la construcción del Templo de Artemisa en Éfeso, se necesitó la ayuda de varios constructores y arquitectos, y su construcción tardó aproximadamente unos ciento veinte años antes de que fuera totalmente finalizado. Arquitectos famosos de la época como Quesifronte y Metágenes. En cuanto a su arquitectura, se utilizó un estilo bastante clásico, limpio y figurativo tomando en cuenta que el estilo de construcción helenístico era bastante definido y fácil de reconocer. Básicamente, el diseño se basó en un sótano plano, un techo que tenía dos pendientes ligeramente inclinadas, frontones en el techo de forma triangular y una serie de filas de columnas bien detalladas.

En la parte fontal, se encontraba un elemento arquitectónico propio de la época y la cultura, el porche, conocido entre los griegos como “naos” y en la parte trasera del templo, se localizaba una estructura llamada “posticum”. El templo se elevó a nivel del suelo con 13 escalones y sus columnas tenían una medida de 17.65 metros. Expertos consideran que el tipo de arquitectura con el cual fue construido este monumento, se basó en el estilo periférico y en la arquitectura griega.

Historia

Según la historia, el lugar en donde se construyó el Templo de Artemisa había sido un sitio de adoración y un lugar sagrado para los pobladores durante muchos años y antes de la construcción, se le brindaba culto al Oráculo de Apolo. Los habitantes también rendían culto a la diosa madre, Artemisa. Fue por orden del rey Creso, que se construyó el templo para brindarle culto a la diosa y además encargó que se construyera una gran estatua en su honor. La construcción del templo inició entonces en el año 550 a.C. y para darle mayor protección, se eligió como lugar un sitio donde el terreno fuera bastante rocoso.

Según la historia, la construcción tomó aproximadamente unos 120 años para culminarse y por esta razón, el arquitecto original de la obra tuvo que ser cambiado varias veces. Luego de que finalizó su construcción, el sitio se volvió en un lugar de suma importancia no solo para los habitantes del lugar, sino también para reyes y comerciantes que viajaban por Asia Menor. Finalmente, el templo se quemó por completo en el año 356 a.C. luego de que un incendio fuera provocado por Eróstrato.

Destrucción del Templo de Artemisa en Éfeso

El Templo de Artemisa en Éfeso fue reducido a cenizas en el año 356 a.C. Fue un voraz incendio que, en apariencia, no fue accidental, el que provocó la destrucción del lugar sagrado. Eróstrato, un hombre que quería alcanzar fama, fue quien inició el incendio con el objetivo de volverse popular, por esta razón, se prohibió que su nombre fuera nombrado, sin embargo, no se logró el objetivo, y Eróstrato pasó a ser nombrado en la posteridad. El templo fue nuevamente reconstruido, sin embargo, llegaría a su final.

Posteriormente, el templo fue nuevamente incendiado por los godos en el año 262 d.C. Luego del incendio y la destrucción masiva, los habitantes decidieron utilizar lo trozos de lo que había quedado en pie para reconstruir sus viviendas y fue así como el templo no logró recuperarse nuevamente.

Reconstrucción

Luego de que el templo sufriera daños graves en su estructura ocasionados por el incendio, Alejandro Magno logró liberar a Éfeso del control que habían venido ejerciendo los persas y luego de escuchar varias historias sobre el mismo, decidió proponerles a los habitantes la reconstrucción del templo, sin embargo ellos rechazaron la oferta. Los seléucidas, quienes eran sucesores de Alejandro, finalmente ordenaron que el templo fuera nuevamente reconstruido en el año 323 a.C.

Esta reconstrucción estuvo en manos del arquitecto llamado Dinócrates, quien intentó en todo momento, mantener las características que hacían del templo un lugar único. Luego de que el templo fuera renovado en su totalidad, varias obras importantes fueron colocadas en su interior, incluyendo un retrato de Alejandro Magno, el cual había sido realizado por Apeles, un muy reconocido pintor de la época.

Ubicación del Templo de Artemisa en Éfeso

El Templo de Artemisa se encontraba ubicado en la ciudad de Selçuk, Turquía, un pueblo que estaba muy cerca del mar Egeo, específicamente en un territorio que se encontraba bajo los dominios del Imperio griego. En cuanto a su ubicación, es importante mencionar que, durante su construcción, en los siglos VIII y III a.C., la ciudad de Éfeso era un sitio portuario y por esta razón tenía una gran importancia.

Culto

El Templo de Artemisa en Éfeso era en realidad un lugar de adoración y además un símbolo de fe para muchos. Incluso los Efesios, quienes adoraban a Cibeles, lograron introducir varias de sus creencias al culto que se hacía en honor a Artemisa. Sin embargo, Artemisa ocupaba un lugar especial, incluso atrajo a muchos adoradores de diferentes lugares del mundo. Varios personajes que tuvieron un papel importante en la historia se acercaron al lugar para rendirle tributo y ofrenda a la diosa.

Se realizaba también una importante procesión durante la fiesta que se celebraba en honor a Artemisa, un camino que se ubicaba entre el templo y la ciudad. En el desfile, era común observar a las jóvenes de la ciudad con elegantes ropas y adornos, objetos sagrados, antorchas y varios animales. Incluso al lado del santuario de la diosa, existían varios templos que se dedicaban a otras divinidades tradicionales del pueblo griego.

Curiosidades

Algunas curiosidades sobre este impresionante templo se mencionan a continuación:

Escrito por Gabriela Briceño V.
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¿Cómo citar este artículo?

Briceño V., Gabriela. (2021). Templo de Artemisa en Éfeso. Recuperado el 22 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/templo-de-artemisa-en-efeso/

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