Durante muchos siglos, la península de Italia estuvo formada por un conglomerado de Estados que se encontraban separados. Italia había estado dividida en siete Estados independientes a pesar de que todos ellos tenían la misma etnia, el mismo credo y compartían un pasado histórico. A partir del siglo XIX, el deseo nacionalista y de unificación empezó a tomar mayor importancia en Europa y de la misma forma lo hizo en Italia. Fue de esta manera como luego de vencer muchas dificultades, lograron unificarse formando una sola nación, el Reino de Italia.
La unificación italiana o el Risorgimento, fue un movimiento de índole político y social que se encargó de consolidar los diferentes Estados que se encontraban en la península italiana en un Estado único conocido como el Reino de Italia en el siglo XIX.
La unificación italiana fue un proceso histórico en el cual se dieron una serie de alianzas llenas de diplomacia a lo largo de los años. Este acontecimiento tuvo lugar en el siglo XIX, un momento en el que Italia se encontraba dividida en varios Estados dependiendo de su ubicación: Cerdeña, Lombardía, Parma, Toscana, los Estados Pontificios y las Dos Sicilias. En el siglo XIX, se presentó entonces un movimiento de índole social y político conocido como “Il Risorgimento” con el cual se logró la unidad del país en el año 1815, cuando se realizó el Congreso de Viena.
Las principales características de la unificación italiana fueron las siguientes:
La unificación de Italia fue un proceso que tuvo lugar a mitad del siglo XIX y que finalizó en el año 1871. Fue la forma en que los reinos empezaron a formar un solo país bajo el mandato de Víctor Manuel II. Es importante mencionar que anteriormente la península italiana se encontraba dividida en varios reinos, repúblicas, ducados y principados, cada uno de ellos tenía su propia moneda, sistemas de medición e idiomas. Luego de que se presentara la corriente del liberalismo gracias a la Revolución Francesa, los diferentes movimientos nacionalistas de Italia empezaron a luchar por unir el país.
En el año 1850, la lucha aumentan como el nacimiento del Risorgimento y por varios movimientos de unidad nacional encabezados por Camilo Benso, quien era el Conde de Cavour. Era además, el primer ministro del reino de Piamonte-Cerdeña y con este reino, logró surgir el liderazgo político que se encargó de unir los demás reinos de la península italiana y que se encargaría de expulsar a los austriacos y de combatir a los franceses.
La Primera Guerra de la Independencia se da en contra de Austria y contaron con el apoyo militar de Francia, país que luego se retiró cuando Prusia amenazó con una intervención militar. Fue el momento en que se firmó el Tratado de Zúrich en el año 1859 en donde se establecía que Austria permanecería con Venecia y Lombardía con el Reino de Piamonte-Cerdeña. También se dio una guerra bajo el mando de Giuseppe Garibaldi que logró conquistar los territorios de Toscana, Parma y Módena.
Posteriormente, los Estados Pontificios lograron establecerse y así se logró establecer una unión entre la parte sur y norte de Italia y finalmente en el año 1861, se logra crear el Reino de Italia. Roma se unió en el año 1870, pero el papa Pío IX se declaró como prisionero de la ciudad porque no estaba de acuerdo con la unión. Esta situación se logró resolver por medio del Tratado de Letrán, en el cual se reconocía el Estado del Vaticano como una nación nueva e independiente cuyo jefe de Estado era el Papa.
Se dieron varias fases o etapas durante el proceso de unificación italiana, éstas se mencionan a continuación:
El Rey de Cerdeña y su primer ministro, quiénes fueron los responsables de unificar a Italia estaban seguros que debían enfrentarse a Austria, quién era su principal enemigo y para ello, establecido en el plan de solicitarle ayuda a una de las más grandes potencias. Fue de esta manera como pactaron al lado de Napoleón III, quién era el emperador de Francia. Fue una campaña militar muy corta en la cual los ejércitos austriacos fueron derrotados.
Luego de la victoria sobre Austria, el sentimiento nacionalista se acrecentó en Italia central y finalmente en el año 1860 se incorporó el Reino de Cerdeña, Parma, Modena y Toscana.
Giuseppe Garibaldi llegó a las costas de Sicilia y logró apoderarse del lugar y poco tiempo después logró ocupar Nápoles. Luego, Víctor Manuel II se unió a Garibaldi con su ejército sardo y de esta forma, las dos Sicilias declararon su incorporación al reino de Cerdeña. Fue en esta etapa cuando, el día 13 de marzo de 1861, Víctor Manuel II fue declarado como rey de Italia.
Víctor Manuel II logró establecer una alianza adecuada con Prusia luego de una de las batallas de los cuales Prusia salió vencedora, la nación se encargó de hacerle Austria le devolviera a Italia la ciudad de Venecia.
Con este proceso se logró concluir la unificación italiana pues con ello se incorporaban los Estados de la Iglesia principalmente la ciudad de Roma. Víctor Manuel II había tomado el compromiso con Napoleón III de mantener los dominios del Papa en la capital del catolicismo. Primeramente, Garibaldi intentó tomar la ciudad pero fue rechazado por el ejército sardo y luego, con la guerra franco-prusiana, Napoleón III retiró el ejército que mantenía en Roma.
Entonces, Víctor Manuel II le ordenó a las tropas italianas ocupar la ciudad de Roma sin importar la resistencia que presentaba la guarnición papal o las protestas que hizo el mismo Sumo Pontífice. Víctor Manuel logró entonces instalarse en el Palacio del Quirinal y posteriormente declaró a Roma como la capital del Reino de Italia.
Las causas para que se diera la unificación italiana se basaron en una serie de motivos ideológicos gracias a los sentimientos nacionalistas que se desarrollaban en los países europeos, así como las nuevas ideas económicas industriales. Se considera que el romanticismo que surgió en Alemania proveniente de la Ilustración fue también una causa importante que impulsó las ideas de unificación.
Las sociedades secretas, que eran bastantes en la época, se encargaron también de propagar todos los ideales revolucionarios los factores económicos que querían que se creará un mercado más unificado que contará además con comunicaciones eficientes para mejorar la producción industrial.
Entre las consecuencias más importantes de la unificación italiana se mencionan las siguientes:
La principal importancia de la unificación italiana fue que, por medio del proceso, se logró finalmente crear el Reino de Italia. Se logró además, anexar varios Estados al territorio y con ello se aumentó la extensión territorial. Italia, luego de la unificación, logró experimentar un importante desarrollo y crecimiento en cuanto a la economía y finalmente, se convirtió a Italia en una gran potencia política y militar a lo largo de Europa.
Algunos personajes que destacaron durante el proceso de unificación italiana se mencionan a continuación:
Briceño V., Gabriela. (2021). Unificación italiana. Recuperado el 22 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/unificacion-italiana/